Autora : Doris Sánchez
Dios me ha dado un tiempo de calidad personal en el que he
podido apreciar aquellas cosas con gran valor que han restado importancia a
otras que antes llegaron a
convertirse más que en una obsesión, en una forma de venganza que iba minorando mi calidad de vida restando sueño a mis noches y agregando enfado
a mis días. He tenido que hacer un alto
involuntario para centrar la mirada y mis pensamientos en el ser más hermoso que ha formado parte de mi vida siendo mi soporte
emocional, familiar y lo más cercano que he tenido a mi vida, es mi madre la que ha requerido con urgencia mi presencia
haciéndome surcar los mares en un santiamén ¡si tú me dices ven lo dejo todo! dice una
canción pero mi madre es tan especial que jamás lo pediría porque ella es
conforme con todo tal cual está.

Al llegar a la casa Titi
la mascota familiar corría como loca, le lamia los pies mientras mi madre como
podía le acariciaba las orejas y pasaba los pies sobre su cuerpo, Titi la
esperaba cada día, cuando tocaban la puerta iba corriendo y al ver que no
llegaba mi madre se daba media vuelta y se arrinconaba en cualquier lado, su
mirada era muy triste y casi interrogante como si quisiera preguntar por qué no
ha vuelto a su casa. Lo más doloroso es
ver a un ser amado sufrir, el temor de perderle pero también duele que sufra,
llegas a preguntarte si no será mejor que deje de sufrir, ¿qué prefieres? Yo ya he perdido a mi padre,
y a ser sincera deseo para mi madre una mejor calidad de vida, que no sufra, me
gustaría tenerla para siempre a mi lado porque ella es mi aliento y mi fuerza,
la que me estimula a luchar, a pasar de cosas sin importancia, me ha dado su
ejemplo de honestidad, de mujer íntegra y sobre todo su sonrisa, si Dios decide llevarla consigo
estaré conforme porque ella estará bien junto a su familia muchos de los cuales echa de menos. Los padres van perdiendo las fuerzas, se van
convirtiendo en niños y es ahí donde se cambia la historia, somos los hijos los
que debemos protegerles y suplir sus necesidades especialmente las afectivas,
el cuidado físico y darles todo el
cariño posible porque aunque no lo creas, los mayores mantienen ese orgullo
durante mucho tiempo y a veces se resisten a que tengamos que cuidarles, respeto a los que
llevan a sus mayores a residencias en
vez de dejarles en casa, en el entorno conocido, lo que no acabo de entender es
por qué muchos apenas les visitan, los padres merecen amor y cercanía, que sus
horas más angustiosas no se vean en medio de un ambiente desconocido.
Todavía puedo presumir de tener con vida a mi madre y por
ello motivo a la gente que tiene a sus padres con vida por favor a darles todo
el amor posible, comprendo que la vida es muy apurada, que tenemos otros
compromisos familiares, trabajo pero
unos padres valen todo el oro del mundo, para ellos siempre debemos
tener espacio, una llamada, visita, encuentros fines de semana, viajar a su
lado no importando donde estén, porque el día que marchan a veces nos dejan
remordimiento de conciencia que nos acompañará para toda la vida, además es
buen ejemplo para nuestros hijos, que lo que vean seguro lo reproducirán en nuestro beneficio
cuando ya seamos mayores.
Así como el amor de una madre es inconmensurable, cuando los hijos como tú reconocen su valor y aprecian sus desvelos, es suficiente para ella sentirse descansada, dar gracias al Creador y abandonarse a sus brazos ya cumplida su misión. Muchas bendiciones para ella en salud, confort y satisfacciones; para ustedes sus hijos, alegría de tenerla todavía, mimarla y repasar las anécdotas que le darán gozo y fuerzas para llegar a su destino final llena de felicidad. Bendiciones!
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