Autora : Doris Sánchez
Cada instante me pongo a pensar qué sería de mi vida sin un
sentimiento interior tan fuerte que me obliga a arrastrarme hasta las
posibilidades para levantar cabeza, y no es que me haya caído que va, es que la
vida te va regando palos y más palos y aunque pongas una valla para protegerte
en algún lado te toca, lo bueno de todo es empezar por revestir el corazón de
una gruesa coraza a prueba de balas y ¿cómo
se consigue eso? pues mira, te haces de cuenta que tu madre te ha dado una
palangana llena de habichuelas recién cogida en la finca, entre los granos
habrá muchas picadas y hasta con gorgojos, otras llenas de tierra y cuando ya
las tienes casi limpias viene ese muchacho de la porra y te la tumba y el
trabajo lo ves rodar por el suelo, ¿qué vas a hacer? Podrías echarte a llorar,
partirte de la risa, recriminar al intruso o con paciencia bajarte hasta el
mismo suelo y volver a empezar en peores circunstancias, pero al final de
todo nada ni nadie te librarán de la
tarea encomendada. Así es como yo miro
la vida, unas veces le pierdo el sentido, otras
casi entiendo el objetivo y en momentos puntuales razono tanto que casi
me cuesta armar el enorme rompe cabezas porque en algún lado se habrá quedado
una pieza.
No queda otra, hay que salir a flote, si los niños bien
pequeños son tirados al mar y nadan como peces, no me vengas a decir que lo
hacen porque nadaron 9 meses en el vientre de sus madres, lo hacen por ese
instinto natural y casi impulsivo de
luchar por la supervivencia, y si
ya siendo adultos no tenemos claro el objetivo fundamental de la vida pues
mira, mal que vamos. Yo entiendo que todos pasamos por procesos
especiales, unos más sufridos que otros pero pensándolo mejor estoy casi segura
de que de nuestra manera de valorar los acontecimientos será mayor o menor el
sufrimiento, las cosas seguirán siendo del tamaño que la pongamos y nos llegamos a olvidar que más adelante puede
haber dejado de llover y tal vez volverá a brillar el sol, y si ya lo tienes
hay que disfrutarlo ya que ¡solo se vive una
vez!
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