Autora : Doris Sánchez
Una amiga hace muchos años me decía no te bajes tanto que se
te puede ver el culo (parte donde termina la espalda), una expresión que se
refiere a que tus problemas son tuyos y que nadie debía enterarse de sus
cosas. Pasados muchos años en Galicia me
encuentro con otra amiga que me ha dicho, desde que somos niños en nuestras
casas siempre se nos ha dicho “Calla” ese calla es decir acepta todo, no divulgues,
no te quejes, no proteste y, acepta lo que sea porque es lo que debes
hacer. Los sentimientos son algo muy
personal, las necesidades del hogar de puerta para adentro son algo muy íntimo
pero, llega un momento que entiendes que debes compartir, de ahí surge la figura del psicólogo, de los
asistentes sociales y quiero dejar claro que el que sufre necesariamente no es
el pobre, el rico que tiene suplida todas sus necesidades materiales también en
algún momento de su vida necesitará de la solidaridad de los demás, de cariño o
tal vez un sano consejo, nos bloqueamos, perdemos el norte pero no la cabeza,
hace falta ese empujón ya sea de familiares o amigos, de vecinos o de
compañeros de trabajo, pero, el que no te conoce poco debería decir de ti porque
no te conoce lo suficiente para externar una descripción con propiedad, al
menos así pienso, entiendo que tapar el sol con un solo dedo es imposible, cómo hablar de la vida de otros cuando ni
formamos parte de su vida y menos de su entorno más cercano.
Solemos ser justicieros implacables y olvidamos que la justicia viene de
Dios o está en los juzgados, los juicios paralelos no son buenos y menos cuando
afectan a terceras personas, a veces resulta más satisfactorio hablar de los demás y ¿por qué mejor no hablamos de nuestras propias vidas? al parecer no causa igual sensación.
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