Hasta luego Don Virgilio

Autora  . Doris Sánchez

Con suerte podemos compartir vecindario con personas de diferentes maneras de ser, unas más agradables que otras y entre mis vecinos queridos guardo hermosos recuerdos de Don Virgilio Rodríguez Zabala. Siendo casi una niña le recuerdo reprocharnos con cariño y hasta con una sonrisa cuando nos subíamos en los montones de arena que preparaban sus trabajadores en la Fábrica de block  de su propiedad, la cual  quedaba justo enfrente de mi casa.

 

Le recuerdo como a ese segundo padre amoroso que a diario nos saludaba cuatro veces al día porque eran las veces que pasaba de la casa hacia su trabajo, caminando muy despacio como si estuviera dando un paseo en el parque, esa sonrisa era eterna, nunca le recuerdo enfadado ni menos usando malas palabras, mantenía la cordura, el respeto y lo que más recuerdo es que cuando nos veía nos decía, cuenten conmigo para lo que necesiten, sabía que mi padre vivía en otra ciudad y para nosotros incluso para mi madre esas buenas palabras nos daban mucha tranquilidad.  Crecí casi a su lado, recuerdo alguna vez me llevó a una fiesta en la Piscina del Hotel Maguana junto a su esposa Doña Dulce, me sentí la mujer más elegante de la noche, muy jovencita y acompañada por un matrimonio tan conocido en el pueblo.

 

Cuando viajé a Dominicana en agosto de 2010 con mucha dificultad pude conseguir el teléfono de Riña su hija mayor, recuerdo haberle dicho es que tengo tantas ganas de verle porque me enteré estaba muy enfermo y quería quedarme con un recuerdo reciente, al menos que me viera hecha ya toda una mujer con mis libras de más y mis años, tal vez quería recordar con él esos años en los que fuí la más traviesa del barrio, o cuando iba a su casa a compartir con sus hijas, más con Sara que con las demás. Pasaba hermosos momentos en su casa y cuando me invitaban a comer siempre me negaba y salía corriendo hacia mi casa, porque eso me enseñó mi madre. La respuesta de Rina fue "Yo le doy tus saludos" y me dolió mucho porque me quedé con las ganas de verlo. Igual no le iba a sentar bien a su estado de salud  lo parlanchina que soy, tenía tantas ganas de contarle como ha ido mi vida, de mis hijos y el resto de la familia, contarle que todos estamos regados por el mundo pero estamos bien, igual ya  usted no estaba tan atento a lo que yo le quisiera contar, igual no me reconocería o no me escucharía, es igual.

 

Me quedo con el buen recuerdo y la protección que siempre nos dio. Recuerdo cuando siendo Miembro de los clubes reconocidos del pueblo,  Rotario  y  20-20 entre otros, recuerdo que usted me recomendaba para dictar charlas sobre algún personaje de la historia de nuestro pueblo o del país, siendo locutora del pueblo era solicitada para esas y otras cosas pero cuando era referida por algún conocido tenía más caché y prestigio y eso me hacía muy feliz.

 

Allí donde estés amado vecino y segundo padre, quiero que sepas que tu partida me ha dejado mucha tristeza, mi padre verdadero ha marchado antes que tú, solo te pido por favor que al verlo le comentes únicamente mis cosas buenas, no le digas por favor que me subía encima de la arena y que te hacía enfadar constántemente. Te doy un abrazo de despedida, por favor saluda de mi parte  Don Pití a quién tanto molestábamos, a Sinecio Ramírez, a Cristóbal Pérez y a todos mis conocidos que igual que tú han abandonado este mundo, un día nos juntaremos todos y con toda seguridad no hablaremos ni de lágrimas ni de tristezas.

Tus hijas, tu esposa  y el resto de la familia están sufriendo mucho tu partida,  los vecinos y todo el pueblo están de luto también porque te has marchado, yo también porque te llevaste un trocito de mi corazón. Cuídese mucho y disfrute donde quiera que esté, nunca te olvidaré, recibe todo mi cariño y admiración y si me permite déjame llamarte papá, porque fuiste como un padre para mí y todos mis hermanos.

Extiendo mis sentidas  condolencias a toda la familia´, a sus amigos y al pueblo sanjuanero en general, a los Clubes de los que era Miembros, a sus empleados y de manera muy especial a Doña Dulce su fiel compañera y esposa por muchos años a su lado.

http://www.listindiario.com.do//la-vida/2011/4/25/185793/Una-accion-altruista-como-ultima-voluntad