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miércoles, 23 de octubre de 2013

Los ricos también lloran


Autora  :  Doris Sánchez



Cuando en el mundo hay miseria por todos lados me atrevo a sopesar ambas situaciones, la vida del pobre y la vida del rico.  Con frecuencias relacionamos la falta de felicidad con el dinero, visualizamos una situación más acomodada que nos permitirá mejor calidad de vida incluso lujos y por qué no, hasta presumir delante de  los que aseguramos nos mirarán con una envidia infinita.  El grado de felicidad es algo  complicado   y casi imposible de definir.
He visto en la Tele las dos caras de la moneda, un programa que se dedica a enseñarnos lujosas residencias cuyos propietarios  aceptan  responder a  ¿quién vive ahí?  Lo mejor de todo es cuando le preguntan  ¿cuántos metros tiene esta vivienda? Que son muchísimos, lujosas mansiones con varios pisos y estancias, piscinas interiores y exteriores y yo  me pongo a pensar  en  la cantidad de  viviendas  que se pudieran hacer en tanto terreno para albergar a los cientos y miles de sin techo  que deambulan por las calles de las ciudades españolas, lo que sería ilegal.  La otra cara de la moneda refleja la miseria inhumana en la que viven familias españolas, niños conviniendo en chabolas junto a vertederos de basura, plagas de ratones, drogas o jeringas infectadas, prostitución, sin escolarizar y sin un pedazo de pan para engañar a su estómago. El poder económico no determina el grado de felicidad, he sabido de personas millonarias, que teniendo su dinero en misma vivienda, han muerto en la más absoluta soledad incluso indigencia.
  ¿Por qué se quitará la vida  o sufrirá profunda depresión gente que lo tiene aparentemente todo?  Muchos ricos abandonarían su fortuna sin pensarlo dos veces para obtener algo a cambio.  Ayer mismo veía  el programa “Entre todos” (que conduce  Toñi con  sobrado encanto personal)  que se emite en la primera, y el que unos padres desesperados pedían ayuda urgente para dar una mejor calidad de vida a sus cinco hijos, he visto en esa señora reflejada a mi madre  con sus 7 hijos pero también  mi propia vida como madre y el gran amor que se tiene a los hijos que te hace mover montañas y colocarlas en el lugar que a ellos mejor convenga.  Eduard Punset  se  refirió a la falta de felicidad de los que lo tienen todo
como  el  miedo a tener tanto que lleva a muchos ricos a sentir un vacío, una necesidad de llenar espacios con otras cosas que no cuestan dinero.   El afecto, la solidaridad, la compasión, comprensión, el respeto a la forma de ser y actuar de las personas con sus cinco sentidos en buen estado. Este hombre que me encanta escuchar dice que para ser feliz hay que tener la sensación de que controlas algo pero, ¿No controlan los ricos sus riquezas?.   Es comprensible que muchas personas  no  sean felices porque  ese derecho les ha sido arrebatado.
Cuando alguien que tiene poco o nada hace una obra de caridad  renueva su corazón, ayer lo he visto, desempleados, jubilados, personas con necesidades unidas a favor de los demás, seré repetitiva cuando digo que de nada sirve tenerlo todo cuando estamos rodeados de gente con muchas necesidades, que muy cerca de una zona lujosa y residencial o  de lujosos hoteles en cualquier país del mundo,  busquen en la cercanía que ahí estará reflejada la pobreza.  Los años más felices de toda mi vida los pasó en mi niñez (junto a mi madre y mis 6 hermanos)  y cuando mis hijos eran pequeños, fueron tiempos muy duros a nivel familiar pero eso nos mantenía unidos y como familia éramos solidarios, el amor aumentó y las muestras de cariño llegaban cuando menos se esperaban.  Cuando hay dinero  los espacios de la vivienda son más amplios y se propicia que  cada miembro de la familia tenga su propio espacio con habitaciones todo incluido, los equipos electrónicos  se convierten en prioridad  hasta en comidas familiares.
Si preguntas a cualquier persona ¿Eres feliz o, qué te haría feliz? unos responderían  tener un trabajo, estar con mi familia, tener salud, reconciliarme con alguien, viajar, tener un hijo, encontrar el amor...  Si le preguntas a un rico  igual te respondería "Tener compañía"  porque muchos ricos aunque estén rodeados de personas se sienten muy  solos y muchas veces se preguntarán si quienes están a su lado lo estarán por amor o por su dinero?  ¿Has sentido ganas de que alguien te abrace, que toque tus manos con suavidad o que te pase la mano  por el pelo  o  te diga lo bien que te sienta el traje que llevas? el ser humano necesita en todas las  edades, condiciones económicas y  circunstancias  distintas muestras de afecto,  sin necesidad de pedirlas.
 

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