Autora : Doris Sánchez
Debo tener con toda seguridad algún desorden mental porque mis sueños cada noche se parecen unos
menos que a otros, lo mismo sueño tener una relación sentimental muy estable
con el Príncipe Don Felipe de Borbón que ya todos sabemos que está felizmente
casado con nuestra hermosa Princesa Doña Leticia y padre de Doña Leonor y Doña
Sofía, pero en mis sueños era la mujer más feliz del universo, ¡Era de esperarse! Por otro lado sueño que por fin me había
decidido a manifestar mi profundo amor en silencio a un despistado trabajador a tiempo completo y le decía sí,
te amo profundamente hasta que desperté y ahí se acabó la historia nada parecida al cuento de Hadas que siempre dice ¡y se casaron y fueron felices! Cada noche viajamos entre romances, besos y pesadillas, soñamos
que nos caemos de la cama o que estamos
abrazados a un cuerpo que nos abriga del
frío y hasta nos sirve de almohada al rodearnos con sus brazos y al despertar
oh, sorpresa ¡Abrazando la almohada! ¡No te hagas que seguro más de una vez te habrá pasado! Qué será mejor, dormir solos o tener una cama entera para nuestro cuerpo campe a sus anchas, es fabuloso tener ambos lados disponibles para pisar suelo cada día de nuestras vidas y también para levantarnos, sabías que mucha gente que se separa sigue duermiendo en el mismo lado de la cama que cuando tenía pareja, y también se sigue levantando por el mismo lado, usando la misma mesa de noche y hasta poniendo a cargar el móvil del mismo lado, hay que acostumbrarse a ello a veces lleva tiempo se consigue sin lugar a dudas, o alguien ocupa ese lugar en fin, la vida debe continuar.
Los sueños no son cosa exclusiva de los
niños, soñamos a cualquier edad dormidos o despiertos pero soñamos y la verdad
que el día que la gente pierda el interés por los sueños hasta Papá Noel dejará
el trineo por ahí aparcado y ya no tendrá
ganas de visitarnos por Navidad y mucho
menos de repartir regalo, pido un deseo que espero se convierta en realidad,
para mí este año no deseo nada pero me agradaría no ver ni a un solo indigente
durmiendo en las calles bajo las frías heladas del invierno, son personas indefensas y merecen por lo menos una manta y
estar cobijadas por un techo. Hace mucho frío y es bueno estar en casa, oficinas u otros lugares con calefacción, con una taza de
chocolates con churros, una copa de vino o un trago fuerte para
calentar el cuerpo pero no hay nada más dominicano que un buen jengibre con chocolate de agua, que pique mucho eso sí, y
si de paso viene acompañado con los Aguinaldos
Navideños, ¡tanto mejor! Ya se está
terminando un año muy malo para muchas familias en España y todo el mundo, esperemos en Dios que los años venideros nos dejen buenos recuerdos, trabajo, unión familiar y que las familiar y que la gente nunca deje de soñar. Esta no es mi felicitación navideña porque pienso hacerlo en grande como ustedes se merecen ¡prepararos que estamos en ello!
¡Cierra los ojos y pide un deseo por Navidad, y si es para beneficio de terceras personas, tanto mejor!