Autora : Doris Sánchez
No tener la culpa de esperar de los demás una reacción favorable en momentos cruciales
de nuestras vidas, aplico el mea culpa porque ese ha sido el motivo que me ha
superado y al que jamás renunciaré, más
que dolor es un sentimiento que se te queda clavado en el corazón, cuando te
necesité dónde estabas, por qué no me respondiste, no has sido recíproco ni
valorado lo buena persona que he sido contigo, me has tenido en las buenas y
también en las malas, incondicionalmente te he demostrado lo que siento por ti y
me has fallado. Fallamos todos, padres,
hijos, amigos, hermanos, amores, lo triste de todo es que a veces ni nos
enteramos, hoy estoy haciendo un inventario de cosas que me han dolido, de
gente que me ha fallado y a las que probablemente jamás por mucho que lo
intente podré perdonar al menos de
corazón. No has estado a la
altura de las circunstancias pero lo peor es no haberte tenido a mi lado en mis
peores momentos, si has compartido conmigo los buenos, dónde estabas que mire
hacia todos lados y no te vi llegar ni estar.
Lo que para unas personas es importante para otros no lo es,
pasan de cosas que entienden no valen la
pena pero es ahí donde precisamente está
concentrado tu concepto de vida, de lo bueno y lo malo, de la dignidad o el
prestigio del buen nombre o los apellidos, por mí que digan lo que quieran
suelo escuchar de otros en cambio no
acepto ese punto de vista, de mí no se dice lo que quieran y ahí es donde entra
el conflicto de pareceres, mientras unos duermen a patas sueltas, a otros nos
quita el sueño algo tan simple como que pongan en entre dicho nuestra persona,
hay de todo y por eso el mundo es mundo, por la diversidad.
No estamos a la altura de las circunstancias cuando hemos
fallado a quien confiaba en nosotros, cuando hemos sido eliminado de listado de
favoritos o cuando hemos sido bloqueados de las páginas de Internet o del
corazón de alguien dolido y decepcionado, si has fallado a alguien que no se lo
esperaba ya entenderás estas palabras, sí, me has fallado a mí en los momentos
en que más te necesité, estas palabras te las podría decir alguien de tu
entorno cercano o en la distancia, te duela o no es la realidad,
las personas solemos entender que
la reciprocidad es incuestionable, pero lo es. Podemos hacer daño a terceras personas a veces sin querer, las heridas tardan en sanar y a veces el dolor nos acompañará hasta la tumba.
Si te he fallado te pido disculpas, lo habré hecho sin querer.
Pido disculpas por la falta de justificación de los párrafos en este artículo, algo está fallando en el blog, luego lo reviso, gracias.
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