Autora : Doris Sánchez
Las personas que se ocupan de cuidar a enfermos son dignas
de toda mi admiración y respeto por el esforzado trabajo que realizan y que no
siempre se valora adecuadamente, si no es por parte de los familiares lo es por
parte de los servicios sanitarios de las distintas localidades o países.
Existen personas
realizadas académicamente para cuidar enfermos, pero una gran mayoría ha
aprendido el oficio por necesidad al tener que atender a familiares enfermos. Cuando
existe una vasta economía familiar se tiende a contratar a personas conocedoras de la situación especialmente a
personas de formas suaves y cariñosas, en ello las suramericanas se llevan la
delantera por el melao natural que
poseen en sus actuaciones y lenguaje, costumbres de su tierra especialmente la
paciencia. No todos los familiares
aceptan llevar a sus enfermos a Residencias de día o internos pero sí que las
hay tanto del Estado como a nivel privado.
Atender a mayores en una fase complicada es algo que requiere tolerancia
y sobre todo ponerse en el lugar del otro y aceptar las sugerencias que beneficien al paciente, pero ¿quién cuida al cuidador? Sabían
que el cuidador principal puede tener más riesgos de una caída a nivel de salud
y también de auto estima? Lo que ocurre es que al paciente se le suple todas
sus necesidades pero la persona aparentemente sana, va acumulando una serie de
sensaciones y molestias físicas que con el tiempo pudieran deteriorar su salud. Las técnicas no solo son necesaria para el
bienestar del enfermo, también el cuidador debe aprender a hacer todos los
movimientos que ayuden al menor y adecuado esfuerzo físico de su propio cuerpo. ¿Por qué
tanto mal humor y enfado hasta con el entorno por parte de cuidadores de enfermos? En España dicen está quemado,
antes pensaba que se referían a otra cosa pero no, se refieren a una situación
prolongada que va haciendo daño físico y psicológico en la persona que lo padece, y
ocurre en todas las áreas no solo en el cuidado de enfermos, hay situaciones insostenibles que cuando no se pueden llevar a cabo desbordan a la persona encargada, que puede explotar de cualquier manera.
Siendo abogada estudié
para cuidar a mayores enfermos, a niños y también a enfermos de alzhéimer,
la vida me ha puesto delante la necesidad de aplicar los conocimientos
adquiridos, con el cuidado a mi madre y
os aseguro que el tal el trabajo físico,
con demás cosas agregadas, que de verdad hay que valorar a los
cuidadores, que encima tienen otras actividades propias de todo ser humano, un hogar, la familia, incluso algunos
trabajan en paralelo a estas funciones. Si
tienes a un familiar o persona allegada que intenta echarte una mano con
enfermos familiares o no, por paga o por lazos sanguíneos déjate ayudar, no
quieras cargar con todo y menos si son familiares con mismos derechos y
responsabilidad que tú. Dicen que en la
cárcel y en la cama es que se conocen los amigos, yo diría que en la cama se
conoce también a los familiares que acortan distancias para decir presente en momentos de necesidad. El cuidador puede ser hombre o mujer, lejos ha quedado el concepto de labor reservada solo para las mujeres.
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