Autora : Doris Sánchez
Dios me ha dado un tiempo de calidad personal en el que he
podido apreciar aquellas cosas con gran valor que han restado importancia a
otras que antes llegaron a
convertirse más que en una obsesión, en una forma de venganza que iba minorando mi calidad de vida restando sueño a mis noches y agregando enfado
a mis días. He tenido que hacer un alto
involuntario para centrar la mirada y mis pensamientos en el ser más hermoso que ha formado parte de mi vida siendo mi soporte
emocional, familiar y lo más cercano que he tenido a mi vida, es mi madre la que ha requerido con urgencia mi presencia
haciéndome surcar los mares en un santiamén ¡si tú me dices ven lo dejo todo! dice una
canción pero mi madre es tan especial que jamás lo pediría porque ella es
conforme con todo tal cual está.
Cuando tienes a un ser querido pasando por
duros momentos te consternas y sensibilizas tu ser hasta casi tocar la
transparencia, ver a mi madre en condición de salud delicada me bastó para
correr a sus brazos porque ella hizo lo mismo todos los años de su vida. Sentada a su lado disfrutaba su sonrisa, cómo incrédula abrió sus ojos cuando me vio a su
lado, comedida como siempre, preocupada porque me fuese a dormir cuando me veía a su lado a media
noche, no soportas ver sufrir a quien
amas sea mayor o un niño, te duele todo más que a esa persona, hemos estado de
un lado para el otro, ya en cuidados intensivos, en un privado o en la casa,
pero ella jamás perdió la sonrisa que desde mi nacimiento me ha dejado en
herencia, cuando salimos de la clínica (
una de las tres veces) entre risas la veíamos feliz, reía constantemente, hice
fotos en familia ¡la arrancamos de los brazos de la muerte! arropamos su cuerpo
algo ya cansado, viajamos desde España dos
de sus hijos y allí nos esperaban otros dos, mientras desde Italia mis dos hermanas
preparaban viaje para ir hacia dominicana, la familia da fuerza y motiva la
vida, pero mi madre también es una mujer de vida, de esperanza, y lo que más
claro tiene es que sea lo que Dios
quiera porque ya ella está preparada para marchar cuando él así lo quiera, no
por eso reía cuando le decíamos que los que están en el cielo se habrán quedado
con el sancocho (plato típico dominicano) preparado con todo y su
aguacate. Empezamos a mencionar el
nombre de los familiares fallecidos, sus padres, hermanos, su primogénito Faustino que murió al nacer y al
que jamás ha separado de la lista de hijos, y cuando llegamos al nombre de mi
madre le dije Mami, casi mejor que no te vayas porque allá está Sánchez (mi difunto padre) esperando que llegues para seguirte contando mentiras (
ella reía) Mami mejor que te que quedes con nosotros, reía con mucha alegría,
así por dos veces idas y venidas pero ahora está más estable dentro de la
delicada salud.
Al llegar a la casa Titi
la mascota familiar corría como loca, le lamia los pies mientras mi madre como
podía le acariciaba las orejas y pasaba los pies sobre su cuerpo, Titi la
esperaba cada día, cuando tocaban la puerta iba corriendo y al ver que no
llegaba mi madre se daba media vuelta y se arrinconaba en cualquier lado, su
mirada era muy triste y casi interrogante como si quisiera preguntar por qué no
ha vuelto a su casa. Lo más doloroso es
ver a un ser amado sufrir, el temor de perderle pero también duele que sufra,
llegas a preguntarte si no será mejor que deje de sufrir, ¿qué prefieres? Yo ya he perdido a mi padre,
y a ser sincera deseo para mi madre una mejor calidad de vida, que no sufra, me
gustaría tenerla para siempre a mi lado porque ella es mi aliento y mi fuerza,
la que me estimula a luchar, a pasar de cosas sin importancia, me ha dado su
ejemplo de honestidad, de mujer íntegra y sobre todo su sonrisa, si Dios decide llevarla consigo
estaré conforme porque ella estará bien junto a su familia muchos de los cuales echa de menos. Los padres van perdiendo las fuerzas, se van
convirtiendo en niños y es ahí donde se cambia la historia, somos los hijos los
que debemos protegerles y suplir sus necesidades especialmente las afectivas,
el cuidado físico y darles todo el
cariño posible porque aunque no lo creas, los mayores mantienen ese orgullo
durante mucho tiempo y a veces se resisten a que tengamos que cuidarles, respeto a los que
llevan a sus mayores a residencias en
vez de dejarles en casa, en el entorno conocido, lo que no acabo de entender es
por qué muchos apenas les visitan, los padres merecen amor y cercanía, que sus
horas más angustiosas no se vean en medio de un ambiente desconocido.
Estancia de mi madre en Galicia donde disfrutó de sus paisajes, variados platos en especial de las paticas de cerdo y el pulpo, no le gustaba tantas lluvias tampoco el frío y prefirió el Caribe en busca de sol y el calor familiar.
Todavía puedo presumir de tener con vida a mi madre y por
ello motivo a la gente que tiene a sus padres con vida por favor a darles todo
el amor posible, comprendo que la vida es muy apurada, que tenemos otros
compromisos familiares, trabajo pero
unos padres valen todo el oro del mundo, para ellos siempre debemos
tener espacio, una llamada, visita, encuentros fines de semana, viajar a su
lado no importando donde estén, porque el día que marchan a veces nos dejan
remordimiento de conciencia que nos acompañará para toda la vida, además es
buen ejemplo para nuestros hijos, que lo que vean seguro lo reproducirán en nuestro beneficio
cuando ya seamos mayores.
Así como el amor de una madre es inconmensurable, cuando los hijos como tú reconocen su valor y aprecian sus desvelos, es suficiente para ella sentirse descansada, dar gracias al Creador y abandonarse a sus brazos ya cumplida su misión. Muchas bendiciones para ella en salud, confort y satisfacciones; para ustedes sus hijos, alegría de tenerla todavía, mimarla y repasar las anécdotas que le darán gozo y fuerzas para llegar a su destino final llena de felicidad. Bendiciones!
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