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viernes, 10 de junio de 2011

Comer con los ojos






Autora :  Doris Sánchez



Lo hacemos instintivamente y casi sin a penas darnos cuenta, comer con los ojos es algo fundamental en las personas, primero vemos y luego comemos, según el reflejo que recibe nuestro cerebro se define el grado de interés en probar algo ya sea una comida u otra cosa.


Los restaurantes cada día están poniendo delante de sus clientes maneras más explícitas de sus platos para captar su atención, menús muy modernos que hasta te los presentan en una pequeña pantalla táctil, lo importante es convencer al cliente para que no marche sin haber gastado su dinero.



Cuando paso por agencias de viajes tengo que detenerme por obligación, sus ofertas son maravillosas y los paisajes que presentan de los distintos países es para comprar el billete en seguida. Si hablamos de tiendas de ropa, electrodomésticos, de coches, se nota enseguida que con esto de la crisis al comerciante no le queda más que usar su ingenio o resignarse a cerrar las puertas de su negocio. Antes había más empleados, horarios más reducidos, muchos comercios solo abrían hasta sábado hasta el medio día, ahora han entendido el porqué los negocios que regentan ciudadanos chinos progresan tanto. Es muy raro ver un local de estos con un letrero de cerrado, ni por defunción, ni feriados, están ahí a pie de cañón contra viento y marea y progresan porque ese debe ser el sentido del compromiso de todo comerciante.





Nunca he sabido de un chino que pidiera préstamo a ningún banco, ni para instalar sus negocios ni para hipotecas de viviendas, pero lo más raro es que tampoco jamás he visto a un chino en las colas del  INEM gestionando ninguna gestión y eso no quiere decir que en España no haya chinos desempleados, creo es asunto más de dignidad, que por solidaridad se ayudan entre ellos mismos de una manera u otra. Me comentaba una amiga que los que tienen más dinero ayudan a otros  compatriotas a montar sus negocios, que son muy serios y cumplidores con  sus pagos. Es bueno  reconocer esos méritos que no todos los inmigrantes tenemos.


Vuelvo a mi tema anterior, esta mañana mientras hacía gestiones por el centro de Santiago, pasé por un restaurante que exhibía un letrero que decía LASAÑA, entre y luego de saludar dije a la dependiente “¿Me dejas ver la lasaña? Ella abrió grande sus ojos y me dice cómo que te deje ver la lasaña?? Y con una gran sonrisa le dije es que las personas primero vemos y luego comemos, y como no la tienes a la vista del público igual me apetece ver la pinta que tiene. La chica todo amable entró a la cocina y vino con trozo de lasaña para complacer mi deseo. Le dije me llevo dos pedazos y ella me dijo si quieres te las preparo con patatas fritas, se pueden imaginar que encima de todo yo le hubiese pedido me dejara ver las patas ¿? Era casi para echarme con jarros de agua del restaurante.


La cosa quedó en buena armonía cuando vi el pedido listo encontré que me habían agregado a mayores un hermoso pedazo de pan aún calentito como si fuera sacado del horno. Antes de marchar le dije, gracias por darme el tema para escribir un artículo en el día de hoy, dicho y hecho

Alguna vez habrás pasado por una repostería, te has detenido y mirado con ansias todos esos postres que aún siendo dulces y nada recomendables para la salud, te apetecen y serías capaz de por ellos abandonar la dieta, promesas, buenas intenciones y mandar al verano a freír espárragos??? Pues a mi me ocurre lo mismo, tengo que hacer un enorme esfuerzo de contención. Cuando no tienes qué comer lo entiendes y aceptas sin rechistar, pero cuando sabes que en el frigorífico, la despensa o en el congelador hay mucha variedad a elegir es que se te retuercen las tripas, pero hay que aguantar.


No solo las comidas son un irresistible atractivo, también lo somos las personas, unas con cuerpos esculturales, otras con hermosos ojos o linda sonrisa, cuando hay mucha belleza he visto a más de un hasta pasar la lengua por los labios como en señal de hay si te pillo te como!! El sentido del gusto está ahí latente esperando la primera oportunidad para saltar como el tapón de una botella de champán, cuando perdemos el gusto uno de nuestros sentidos disminuye y ofrece la posibilidad de que otro se desarrolle.


La lasaña espera por mí, con su buena pinta y sus patatas fritas, producto de una mirada una comida resuelta sin stress ni complicaciones, buen provecho a todos!!

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