Autora : Doris Sánchez
A esta hora exactamente hay miles de niños en las calles, que están siendo usados por perversos seres a los que sus vidas nada importa. Vejaciones, violaciones, miserias, drogadicción, prostitución, maltrato físico y psicológico, indefensión, hambre, falta de un techo o de arraigo familiar, de llamar a alguien mamá. Deseosos de conocer sus orígenes o del vientre que les trajo al mundo, igual arrebatados de sus padres de manera violenta, consentida o forzosa, niños robados y llevado a países lejanos para ser vendidos sus órganos, o a parejas que no han podido procrear descendencia, para obligarles a robar mancillando así su inocencia y dejando más delincuentes de los que cada ciudad o país pudiera soportar.
A esta hora exactamente hay tantas niñas en las calles, vendiendo su cuerpo cual si fueran aprendices de la profesión más vieja del mundo, obligadas por sus padres o por sus captores, mujeres solitarias cuya conciencia les reclama el haber vendido a un hijo por un puñado de dinero, hay mucha tristeza y dolor, miradas perdidas, hambrientos y sedientos, atropellados por los coches cuando pedían una limosna, hay tanto dolor en mi corazón, me duele el alma y mi mente parece estallar, no puedo con tanta carga, porque no cuento con más recursos que mi corazón que se sensibiliza ante el conocimiento de nuevas tragedias y falta de aplicación de unos derechos esenciales que tiene todo ser humano más aún un menor.
Padres y padrastros que matan a menores indefensos que no tienen culpa de nada, que son víctimas indefensas, esos niños que presencian malos tratos en su entorno familiar, no hay derecho. Niños explotados y obligados a realizar trabajos propios de adultos, pequeñas figuritas que no conocieron la infancia y tal vez se harán hombres sin el menor conocimiento del amor y afecto. Niños dejados cerrados con llave en casas o coches cuando sus padres salen de juerga o a trabajar, han ocurrido tantos accidentes aún sin explicar o justificar.
Pobres inocentes desamparados que duermen bajo puentes, bancos de los parques o basureros sin más manta que cartones, soportando las más variadas temperaturas, llega la noche y no tienen un lugar fijo para refugiarse, sus tripas se retuercen de dolor por la falta de alimentos aún así son repudiados y acosados de restaurantes y lugares de comida rápido a los que se acercan pidiendo un trozo de pan, no hay derecho, la vida es muy injusta porque mientas a unos no les falta de nada a otros no les llega ni las sobras, el mundo está muy mal repartido y no es justo, todo niño merece tener gratos recuerdos de su infancia, a jugar y reír, estudiar y tener ropa limpia, una sanidad aceptable y el amor de familiares o entidades gubernamentales o caritativas que velen por su bienestar y guíen su camino hacia un futuro con integración a la sociedad, con una educación y principios porque ellos serán los hombres y mujeres que tomarán las riendas del mundo en el mañana, las futuras generaciones encargadas de luchar por un mundo mejor. De ellos saldrán Jefes de Estado y altos cargos que marcarán un antes y un después.
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