Autora : Doris Sánchez
Lo que he estado viendo en Gran Hermano 12 estos últimos días, no ha sido ninguna sorpresa pero sí de mucha indignación, anoche presenciamos la gala más real y esperada por todos, muchas mujeres hemos sufrido la misma situación que Sindia, una de las concursantes que sufría por amor o desamor, con dolor e imposición, con apropiación indebida de lo que nos pertenece, mujeres que hemos olvidado la sonrisa y nuestra forma de ser, de nuestros gustos y sin enterarnos empezamos a ser una copia de nuestras parejas, unas renuncian a ello y abandonan el barco pero otros lo consideran su destino o su cruz y siguen con ella a cuesta, ya sea por la condición económica donde el hombre es el que lleva el salario a casa, la típica mujer que aparte de ser mantenida desea lo mejor para sus hijos que tristemente consiste en ser una asistenta para toda la vida y en el hogar familiar donde no recibimos ningún tipo de compensación, ni salario ni paga extra pero sí muchas exigencias.
“El castigo psicológico o agresión física es un maltrato, delito penado por la legislación española y la de muchos países en el mundo, la mujer no es un objeto, es una persona”
Ver Gran Hermano ha sido recrear parte de un pasado en el que perdí hasta la sonrisa, el vivir una vida que no te corresponde tan solo para evitar disgustos con tu pareja es lo peor que nos puede pasar, no usar tacones porque tu pareja se niega a salir contigo hasta que no los cambias por unos zapatos bajos, nada de vaqueros y camisetas ajustadas porque moldean tu cuerpo, ¿qué hacer con un busto bonito, Esconderlo o lucirlo? Pues dependiendo del caso las sugerencias pueden ser muchas, una pareja celosa e insegura jamás te debe acompañar de tiendas, y si es él que va a pagar, horror!!! Aún conservo los primeros abrigos “que me regalaron al llegar a España, largos hasta el tobillo” la ropa que llevé por muchos años era apropiada para señoras mayores de 100 años, nada de ropa entallada y cuando veía a alguien llevar un abrigo o chaqueta corta se me iban los ojos pero la respuesta que recibía siempre era la misma, esa es la ropa que llevan los estudiantes universitarios y como yo ya había superado esa etapa igual se me había pasado el arroz. De escotes nada pero en verano me tenía que aguantar cuando me decían ¡¡¡Me gusta que llegue el verano porque las tías se despelotan!!! ¿¿Y yo qué era?? Pues una tía muy guapa con un par de razones muy poderosas, que sumadas a mi forma de ser y mi capacidad intelectual entre otras cualidades, demostraban que no era una inmigrante cualquiera. Al parecer estaba mejor para andar por casa haciendo limpieza o poniendo lavadora, planchando o cocinando, toda una profesional acostumbrada a trabajar fuera de casa, a tener amigos, ahí guardadita como si fuera una joya preciosa que se usa exclusivamente para grandes eventos, dicen que hasta la belleza cansa y todo se tolera hasta un día.
Sindia era feliz y disfrutaba de su juventud, aprendió a ser joven porque su vida anterior estaba muy controlada, rodeada de mandarinas y de un macho controlador y cabrío, llegó a acostumbrarse y a aceptar que ese era su destino imaginario. Ese stop que muchos hombres saben poner a sus víctimas, esos maltratadores psicológicos que cuando ven que te resistes hasta lloran para que asumas tu culpa como si fuera una penitencia, como un pecado por el mal que no has hecho. Cuando te entregas al amor, cuando das parte de tu vida y tu tiempo a una persona que únicamente sabe reclamar lo que hizo o hace por ti es muy doloroso. Sindia somos muchas mujeres porque la valentía, el arrojo, ese ímpetu que heredamos de nuestras madres, ese corazón sano y limpio que a veces nos traiciona al final llega a buen puerto. Con Sergio y sin Sergio.
Sindia ha brillado con luz propia, ha abierto los ojos y se los ha abierto a muchas mujeres que nos hemos sentido identificadas con su situación, y tengo por seguro que más de una le secundará en sus acciones y mandará a su Sergio “o como se llame” a lavar el váter y tomar por saco porque la vida es una, todas las personas indistintamente del sexo que tenga merece ser feliz, vivir con una pareja que nos valore y sobre todo que nos respete, que nos acepte como somos, que entienda que no somos un artículo adquirido en una tienda de todo a cien. Somos personas con unos gustos y unos derechos, nadie es propiedad de nadie y cuando invaden nuestra privacidad hay que poner las cosas claras, hay que reclamar lo que nos pertenece y el que quiere una chacha que la contrate por horas o internas. Eso de que el hombre es el macho vamos a dejarlo en el gallinero que si te fijas hay muchas gallinas y un solo gallo, ahí está el machismo, nosotros contribuimos a ello, a los hombres se les permite muchas cosas, al día de hoy y en pleno Siglo XXI hasta nuestros padres a veces nos reclaman obediencia y hasta sumisión hacia nuestras parejas ¿y ellos, hacen lo mismo? Pues no!!! Aparentemente el compromiso lo lleva en solitario la mujer, es la que debe cuidarse de dar una buena imagen para que no se hable de ella y por lo tanto de su pareja que cosas de la vida, esa pareja igual no mantiene el mismo comportamiento
Mujeres que se divorcian o enviudan muy rara vez desean volver a formalizar una pareja y sus motivos tendrán, ya tomado el control de sus vidas no desean más que libertad, disfrutar con sus amigas sin apuros aún sea para tomar un café, salir de compras o dar un paseo. La mujer puede vivir perfectamente en solitario, los hijos marchan de casa y ellas ahí como un trinquete, se bastan solas aun teniendo mucha edad. Los hombres son más propensos a rehacer sus vidas luego de quedar solos, son más dependientes que nosotras, les es más fácil que alguien se ocupe de todos pero se resisten a respetar los espacios de la mujer y es ahí donde me opongo rotundamente. Eso de que te regañen como cuando eras pequeña o te den ordenes todo el rato hastía, es como el jefe en la oficina o las 24 horas si tienes la mala suerte de la falta de obligación que te haga salir de casa para cumplir con un trabajo, estudios o simplemente a respirar. El hombre machista sigue vivo, el que dice mi mujer en casa que yo salgo a trabajar para mantenerla, peligro a la vista!!!La mejor forma de demostrar amor es aceptando a las personas de nuestro entorno tal y cual son, respetando su espacio y valorando aquellas cosas que llamaron nuestra atención inicial, que si en un futuro tenga que recordarnos, sea con agrado por los recuerdos juntos vividos. Valorar a las personas cuya presencia en nuestras vidas ha dejado huellas para bien es muy importante, tanto salta la rana que al final se queda en medio de la autopista corriendo el riesgo de que un coche le atropelle.
En lo que a mí respecta daré gracias a Dios cada día de mi vida por cada piedra que ha retirado de mi camino, para que abra los ojos y deseos de seguir soñando con imposibles, de cargar edades o enfermedades que no me corresponden, hacer frente a deudas ajenas y sobre todo de ayudarme a abandonar el empeño por demostrar que soy la mejor compañera del mundo.
Ahora entenderán el porqué de mis recomendaciones de amarse y valorarse en primera persona, nos entregamos tanto que olvidamos esa parte tan importante, el yo!!! ese yo que ahora vivo, esa felicidad interior que antes no tenía porque mi felicidad dependía de lo que recibía y como casi nunca recibía nada siempre había ese vacío tan difícil de llenar, y ya está más que resuelto. Que no haya ni una mujer más pisoteada, chantajeada ni minimizada, ni una más que llore y sienta sentimientos de culpa, que nadie nos robe nuestra personalidad, ni dirija nuestras vidas ni nos diga lo que tenemos que hacer, que nadie invada nuestro espacio y si lo hace que sea con nuestra anuencia.
Ver estas fotos me consterna profundamente, he adelgazado muchos kilos y tengo muchas ganas de vivir y disfrutar mi libertad, comprendí que yo no era un cerdo al que se engorda para luego vender al mejor precio, aprendí a cuidarme y a soñar de nuevo, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Cuando la tempestad ha pasado es bueno revisar y mucho mejor es descubrir que hemos avanzado y que por delante queda mucho camino despejado para descubrir, que hay más gente en el mundo y que las barreras y limitaciones jamás nos la debe poner nuestra pareja.
Deduzco por tus palabras querida mía que has sido una mujer muy poco valorada por tu ex pareja y de allí toda la sabiduría que ahora tienes. te contaré que soy una mujer muy pequeña y claro siempre me gustarón los chicos altos, y no por eso deje que ninguno me atropellara, con sus comentarios desfavorables, ahora ya entrada en los 45 un día mi marido me dice: "tia te has visto donde te llegan las tetas? y yo le conteste: y tú has visto donde te llegan los huevos? jajaja él se partía de risa y como estas te puedo contar muchas cosas, él es muy muy alto casi 2 mts y yo muy pequeñita pero como dices tú con una autoestima más grande que yo! un beso guapa...
ResponderEliminarSí, eso debí pararlo en el primer intento pero al menos hoy ni nunca más seré cohibida ni limitada ni por ese ni por ninguna otra persona más, soy alta y encima me gustan los tacones, porque vengo del Caribe donde la mujer realza la elegancia con unos elegantes tacones. Ahora no paro de hacerme fotos porque te aseguro las verá todo el que tenga que verla, y el que no, también, ahora colecciono tacones y ropa para gente de mi edad, o no??
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ResponderEliminarContigo no salgo a la calle hasta que no te cambies los zapatos, joer, que me veo más pequeño que tú!! expresiones como esa están en mi mente pero forman parte de mi pasado, sí que las pasé canutas hoy no se yo a quién hará tales exigencias!!! Hiciste muy bien, a la primera va la vencida, se cura todo tipo de complejos y aires de superioridad.
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