Autora : Doris Sánchez
Cuando ocurren hechos que afectan a tu vida más no así a tu corazón cuando esperas por algo o por alguien y el tiempo pasa haciendo un guiño a tu corazón para que desistas en tus intentos. Cuando te agotas y ver amanecer y anochecer, pasar de un mes al otro, o de un año al siguiente, cuando ves el cambio de las distintas estaciones, el paso de la vida de los que te rodean, cuando miras a un bebé y de repente te sonríe y enseña esos diminutos dientes y al poco tiempo ya pasa delante de tus ojos montando una bici.
No te lo imaginabas hasta llegaste a pensar que todo acabaría pronto y que la vida sería diferente, con nuevas metas y objetivos pero te ves ahí como un soldado en primera fila, armado hasta los dientes y dispuesto a pelar, no tiras la toalla porque no es tu estilo, tampoco el ejemplo que te dieron los mayores de la familia, amigos o tus profesores en la escuela.
Luchas por lo que consideras justo, por demostrarte a ti mismo que no estabas equivocado, por callar bocas que en algún momento intentaron cambiar la versión de los hechos, cambiar tu vida y tus objetivos. No te rindes porque es lo que has decidido. Paralizar tu vida mientras el corazón sigue latiendo con fuerza, con sed de verdad y sobre todo por lograr tus objetivos, llegar hasta el final.
Cuando emprendemos una carrera con toda seguridad pensamos en el momento de la graduación. Cuando hacemos un viaje desde antes ya en nuestras mentes imaginamos como sería todo, lo vemos hermoso, abrazar a esos seres queridos, conocer esos lugares que antes solo hemos visto en fotos o vídeos.
No me refiero para nada a la muerte, me refiero a cuando por propia voluntad aparcamos todo y miramos hacia un solo lado, hacia un objetivo que es el premio final a un gran esfuerzo. Cuando hacemos un sacrificio sin contar el tiempo que nos lleve, cuando renunciamos a cosas muy valiosas con la esperanza de retomarlas en algún momento de nuestras vidas, con el riesgo de haberlas perdido definitivamente, hay cosas que no saben esperar, a ello nos exponemos pero seguimos adelante.
Los deportistas son un ejemplo palpable de ese esfuerzo, muchos sacrificios para al final recibir un premio, el reconocimiento y respeto de todos. Como deportista aún sin serlo cada día vive en mi mente llegar a la meta, subir a ese podio y recibir el reconocimiento a mis esfuerzos, a mi lucha y en especial a mi verdad. El don más preciado de un ser humano, demostrar transparencia en su vida, no dejar lugar a dudas, ni una brecha abierta al descrédito, la verdad, honestidad, principios, seriedad y lealtad también se demuestran con el silencio y hsta con una sonrisa.
Demostrar que lo que se creía blanco en realidad era rojo es cuestión de paciencia, de fe, de tiempo y hasta de justicia ya sea la del hombre o la de Dios. Cuando desesperamos cometemos errores y nada más embriagador que la sorpresa de un día poder reír con el trofeo en la mano. El borrón y cuenta nueva no existe porque la propia vida es una cadena que solo se rompe cuando dejamos de respirar. La vida se vive una sola vez, no cuantas veces apetesca según conveniencias personales, dejar de lado lo que es parte de nosotros es una irresponsabilidad y hasta cobardía.
Que la gente a veces no te entienda es normal, porque todos no saben lo que hay dentro de ti, porque no somos transmisores de noticias tristes, pero ese día llegará, el sol brillará como nunca y será muy fácil enterarnos de que algo ha pasado, cuando la gente te salude con cariño por las calles o cuando te llege una llamada de alguien que no confió en ti y que tal vez algún día en el pasado se cambió de acera para no verte a la cara, no pasa nada, eso se ve todos los días.
El ser humano dentro de su imperfección intenta ser justo a su manera, en un juicio paralelo que en la mayoría de las veces no admite a más personas que puedan alterar el veredicto, es muy fácil cuestionar y hasta enterrar a un inocente, hacerlo fundir en la cárcel mientras a nadie interesa si su corazón sigue latiendo. Hay que ser fuerte y seguir adelante aunque los demás solo esperan que desistas en el intento.
La vida es un conjunto de cualidades muy variadas y a veces incomprensibles, la falta de un abrazo o de una sonrisa hay días que pueden ser tu alimento, pero si no lo recibes igual debes imaginar que sí lo recibiste, porque eso te hará fuerte y te aportará nuevas energías. Cuando te agotas y sientes que no tienes fuerzas para echar a andar recuerdas que no estás tan mayor, que es haraganería y te echas la bronca, arriba que hay que continuar. Es lo que hay, lo que toca a cada cual, ese sentimiento que sientes a nadie interesa y lo estrujas con amor pulsando las teclas del ordenador, pobrecito, está viejito y saturado con una memoria súper poblada, te pide un cambio o al menos vaciar un poco el archivo pero no le haces caso porque estás concentrada y una distracción te podría ocasionar pérdida del material que aún queda en tu propia memoria.
Porqué se queda la gente con la mirada perdida?? Eso no es asunto de mayores, hasta los niños se quedan mirando hacia un punto fijo inexistente, hasta ellos dentro de su inocencia pueden tener grandes metas y objetivos. La vida se puede detener aún sea por un segundo y siempre tiene su explicación, yo tengo la mía y la verdad es algo tan apasionante que me tiene sumergida en una burbuja imaginaria que algún día temo pueda explotar por exceso de agua o por falta de oxígeno, porque da la casualidad que me encuentro en ella cuando he olvidado que a penas sé nadar.
No pasa nada, os prometo que el 09 de Mayo seré la cumpleañera más feliz del universo, que mi sonrisa será eterna y que hasta en mi sepelio exigiré aparecer ante los presentes con una leve sonrisa que significaría, cuando el corazón ha dejado de latir, es porque la vida se ha detenido para siempre.
El que quiere azul celeste, que le cueste!!! La vida es un eterno sacrificio, a nadie le regalan nada y si algo te regalan lo menos que puedes hacer es agradecerlo y valorarlo todo lo posible. Unos han tenido mejor vida, otros con mucho más dificultad, pero al final se llega a la conclusión de haber pasado por la vida con los dos pies bien puestos en la tierra y dejando un nombre lo más limpio posible para representación de nuestros hijos, nietos, bisnietos y demás. Si alguien tiene algo qué reprochar a este escrito por favor, hable con mi señora madre que encantada responderá a todas sus preguntas, es la que me parió e inculcó estos principios morales o como se le quiera llamar.
Querida Doris: tus palabras son sabias, y comparto completamente. Maravilloso.
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