Europa Press
El verano y las vacaciones provoca en España uno de cada tres divorcios, según afirma el psicólogo de USP Hospital de Marbella (Málaga), Antonio de Dios, responsable de la Unidad de Psicología especializada en terapia de pareja de dicho centro.
Según De Dios, después de los meses de vacaciones, llega septiembre cargado de rupturas sentimentales, ya que estar mucho tiempo junto a la pareja puede sacar a la luz desavenencias que en otros momentos han pasado inadvertidas.
Así, indica que en vacaciones es cuando tenemos la oportunidad de conocer mejor al otro, pero destaca que también empezamos a ser conscientes de que hay cosas de la otra persona que no nos gustan, según señalaron desde el USP Hospital de Marbella en un comunicado.
El psicólogo opina que muchos de los conflictos que se han podido evitar durante el invierno en verano no pueden esconderse tras el exceso de trabajo, el cansancio, los niños o el estrés, por lo que uno de los mensajes que transmite a aquellas personas que acuden a su unidad es que ser pareja no significa que tengamos que coincidir en todo.
Estar de vacaciones no significa que tengamos que estar todo el rato juntos, esto tiene que ser una elección más que una obligación, entendió, al tiempo que alertó de que un error que se comete en estos periodos es prescindir de nuestro tiempo de intimidad, ya que si compartimos cada segundo con nuestra pareja podemos sentirnos invadidos por el otro y si perdemos parte de nuestra identidad, fácilmente acusaremos al otro de esa sensación de malestar.
Precisó que son las mujeres las que solicitan en mayor porcentaje la separación tras el verano, ya que demandan más comunicación y relación emocional.
Así, los conflictos que pueden acabar en separaciones se producen si el compromiso emocional no es lo suficientemente fuerte, ya que las demandas que haga la pareja en estos momentos en los que pasan tanto tiempo juntos van a ser difíciles de satisfacer si el compromiso no es fuerte y esto puede provocar una ansiedad que se suele manejar a través de agredir psicológicamente a la persona que se piensa que la está produciendo.
Por otro lado, resaltó que, en su opinión, muchas parejas se casan sin conocerse lo suficiente o sin saber exactamente lo que quieren, apuntando que el matrimonio genera una serie de compromisos que pueden ser difíciles de asumir si no se tiene la madurez suficiente o si el amor que debe sostener una relación no es sólido.
En otras ocasiones, la relación emocional ha ido cayéndose con el paso del tiempo y las vacaciones son un juez implacable que nos muestra que vivimos el resto del año alimentados por una estimulación que oculta nuestra insatisfacción en la relación de pareja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario