Don Luis Villaronga Trigo celebra hoy en Santiago de Compostela sus 104 años de vida con la alegría de poder contar sus vivencias y compartir con la familia, amigos y admiradoras entre las que me encuentro porque es un encanto de persona. Don Luis ya ha empezado la cuenta atrás hacia los 105 años que con toda seguridad podrá ver llegar porque tiene todos los recursos necesarios para ello y para mucho más.
Me ha recibido en su casa con una gran sonrisa y un “Charlatana” (palabra cariñosa y cercana siendo él que la diga) acompañada de una gran sonrisa que en seguida me logró contagiar. Aunque me vestí teniendo en cuenta su habilidad para resaltar detalles, me puse elegantes botas porque en encuentro anterior me piropeó los zapatos, pero su mirada se posó en mis enormes pendientes a lo que dijo “Ya no necesitas platos para comer”. Me preguntó si yo trabajaba en “El alambre”, que al no entender su hija me dijo “así se dice a personas que no se sabe en qué trabajan”, otro motivo para que la entrevista fuera aún más agradable, aparte de los bombones Ferrero Rocher que me tenía guardados, alguien le habrá dicho que son mis favoritos.
Me comentó que los jóvenes de antes eran más sanos, que no se embriagaban como ahora ni existía tanta adicción a las drogas, que la diversión en su mayoría consistía en montar bicicleta e ir a verbenas con amigos del barrio o de la aldea, en asuntos de amores la cosa iba mucho más lenta que ahora, las relaciones de pareja requerían más tiempo para consolidarse y tenía muchas limitaciones en la que los padres ejercían más control sobre sus hijos especialmente sobre las chicas. Visitas en casa o salidas en solitario con la novia o enamorada no era tan fácil.
Estuvo en la guerra y al preguntarle sobre su experiencia me ha respondido “La vi y no la vi” a lo que agregó, es que estuve allí pero no en el campo de batalla porque era enlace o sea que llevaba los recados y nada más. A la pregunta sobre si había matado a alguien en la guerra respondió “A un ratón que andaba por los tejados” y cuando su hija María José me dijo que su padre había tenido una escopeta, él rectificó diciendo que era un fusil agregando además, que tenía muy buena puntería y que cuando colocaban botellas para tiros en práctica militar, él siempre lo hacía mejor que sus compañeros.
Sirvió en la “Mili“ (Servicio Militar Obligatorio) del que conserva hermosos recuerdos y una foto que me enseñó muy orgulloso.
Para llegar a esa edad igual debería ser fundamental tener buenos hábitos de vida en especial alimenticios, me confesó ser el típico fumador sin vicio que siempre tenía una cajetilla de cigarrillos para regalar a los clientes que visitaba como un aliciente, que esperaba el momento crítico para tener ese detalle. Fumaba además para acompañar la soledad en sus largos viajes por toda España como vendedor de tejidos y bordados suizos en la ya inexistente “Casa Mosquera” donde le emplearon desde los 14 años, recuerda emocionado que enviaba el salario completo a su madre que recientemente había enviudado y vivía en otra ciudad.
Muy feliz cumpleaños Don Luis, que Dios le bendiga y nos permita disfrutar de su presencia muchos años más.
104 años no es nada, aún queda mucha vida por delante y espero estemos juntos para seguirle festejando!!!
Estadísticas aportadas por el INE (a quienes agradezco su rápida y amable información) y que forma parte del Padrón Municipal de Habitantes determina que, al 01 de enero de 2011, en toda Galicia vivían 135 personas con más de 104 años, distribuidas de la siguiente manera: En La Coruña 37, en Lugo 19, en Ourense 30 y en Pontevedra 49; de las que algunos habrán fallecido pero se equilibraría con otros que desde edades inferiores habrán llegado o superado la edad de 104 años.
Mi gratitud para Don Pablo Vázquez Boo y todo el personal de Cafetería y Prensa de El Corte Inglés, a los jóvenes cristianos alemanes que visitan Galicia junto a Julio mi hijo, a María José por permitirme hacer realidad esta emotiva felicitación de cumpleaños para su padre y a su amiga. Don Luis se lo pasó genial y al final de la velada reía mientras nos decía "Todavía no me puedo creer que hayan hecho una fiesta, nos lanzaba besos con la mano y nos repetía gracias, gracias!!!
Ha sido una tarde encantadora a la que se sumaron en admiración a nuestro homenajeado, los ocupantes de otras mesas en dicho lugar. No siempre se tiene la dicha de ser testigos presenciales de un cumpleaños tan numeroso, 104 años, una fiesta más que improvisada en la que con toda seguridad la presencia de Dios hizo posible que quedara mejor de lo planeado. Gracias a todos por dejarse contagiar con esta iniciativa, meta conseguida a espera de poder celebrarle en el mismo lugar y por todo lo alto el próximo cumpleaños que ya serían los 105 años.
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Dios te bendiga amiga, seguro que tu presencia en ese cumpleaños, hizo mas feliz a Don Luis.
ResponderEliminarMe gusto el reportaje.