Autora : Doris Sánchez
Había olvidado la sensación maravillosa que sentimos cuando unos brazos se abren para acomodarnos mientras lloramos, lo recuerdo de pequeña pero luego de adulta pocas veces igual lo he necesitado, ayer lloraba pero de un gran enfado y cuando esa persona amiga a la que tanto aprecio me abrió sus brazos para que llorara a gusto me volví a sentir pequeña, indefensa, insegura y a punto de tirar la toalla.
neuroblog.brain-dynamics.es
En realidad no era nada del otro mundo tal vez una tontería pero hay momentos en los que estamos muy sensibles y hasta magnificamos todo. Un abrazo es algo indescriptible, cuando me enteré del festival de los abrazos que se realizaron en parques, universidades y plazoletas de toda España la verdad que hasta indagué si se haría en Santiago de Compostela para no perderme de unos minutos tan placenteros, porque me encanta que me abracen y abrazar a quien lo necesite.
El abrazo es algo más que un gesto, es protección, alivio, comprensión, transmitir calor y en especial si alguien nos abraza es porque siente alguna sensación especial por nosotros. Si alguien te abraza sin que se lo pidas es porque te aprecia. Cuando se está en circunstancias especiales esos detalles para algunos tan insignificantes a otros nos saben a gloria, bendito sean los abrazos y bendiciones también para aquellos seres tan especiales que aún en medio de una agenda interminable cada día, se detienen a nuestro lado para darnos un abrazo.
Hace dos noches sentí frío y entre sueños anhelé sentir los brazos de mi madre al cubrirme con la manta como solía hacer cada noche cuando yo era pequeña, en vacaciones nos corría las cortinas para que pudiéramos dormir hasta el medio día o la hora de comer. Nadie por más edad que tenga negará que nunca ha echado en falta un poco de cariño, lo necesitamos porque es el combustible y motivación necesaria para seguir adelante. Si me ves por ahí y te apetece por favor, dame un abrazo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario