Autora : Doris Sánchez
Adoro los enfados en solitario
porque nadie más de momento sale dañado.
Recuerdan a El Chavo del 8?? Cuando se le “chispoteaba” lo pagaban las suelas de sus zapatos. Juanita era una señora muy popular en las calles
de San Juan de la Maguana, mi pueblo natal en el Sur de la República
Dominicana, cuando se enfadaba se daba severos golpes en la frente contra
paredes de madera, cemento o lo que le quedara más cercano. Cuando un niño se enfada conlleva un ritual que incluye lloros, gritos, rodadas
por el suelo, lo mejor es que se le pasa en seguida. Cuando estamos enfadados somos capaces de
cometer tonterías desde las más tontas
hasta las lamentables y a veces sin retroceso.
Si te pidiera que me digas cuál ha sido tu última rabieta, esa que te
sacó los colores, que te hizo saltar de ira o arrancarte un puñado de pelos de
tu cabeza, me lo dirías? NO HACE
FALTA!!! Con que lo recuerdes y sonrías me basta.
Cuando estamos airados, rabiosos,
iracundos, intransitables, olvidamos contar hasta diez, respirar profundo, oler
un limón, apretar los labios o los puños, taparnos esa boquita sabrosa que nos
pierde y más de una vez nos ha hecho perder un empleo, o la pareja, o una
relación de amistad, por la boca muere el pez y los humanos cuántas veces
podremos morir?? Debo consultarlo, pero
me pongo de ejemplo y mis peleas favoritas son las que enfrento en solitario,
sin contrincante ni parte contraria, esas que cuando me cabreo doy más vueltas
buscando la respuesta adecuada y al no encontrarla me inquietan y no puedo
evitar que llenen mis pensamientos.
Tonta de mí, qué he hecho, por
qué lo hice, qué estaría yo pensando, lo calculé mal, fue un impulso, algo espontáneo,
no quería hacerlo, mala, mala, mala, te
miras al espejo y le sacas la lengua, te estiras los cachetes y abres los
ojos enormes con tus manos, claro, como siempre debe haber un culpable, ni
el pobre espejo se salva de tu ira.
Tienes dos caminos a elegir, o te relajas o sigues con el ceño fruncido todo el tiempo que quieras, después de haberte gastado una dineral en botox
o Ácido Ialurónico para eliminar esos indeseables surcos que te hacían parecer más mayor de lo que en realidad eres. Deja esa amargura y empieza a vivir la vida
con alegría, solo son dos días, todo tiene arreglo y la mente necesita un respiro.
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