Autora : Doris Sánchez
Los tiempos cambian y alteran los
objetivos en nuestras vidas, recuerdo que de pequeña siempre rodeada de muchas primas y amigas
solíamos hablar del príncipe azul que deseábamos para entregarle nuestros corazones cuando
fuésemos adultas, siempre salían a relucir características tan específicas
como de alta estatura, ojos azules o
verdes, cuerpazo de infarto, pelo largo o una linda sonrisa, recuerdo perfectamente que
esos hombres soñados generalmente aparecían en las portadas de las revistas,
en la tele también o en el cine, alguna vez pegamos nuestros labios a esa foto
que tanto nos atraía como intentando convertir esos sueños en realidad, cosas de niñas que a la gran mayoría nos ha
pasado dentro de una infancia muy sana y de total desconocimiento en asuntos del amor. Por la corta edad y el desconocimiento de
cómo se mantiene un hogar y las responsabilidades implícitas que van más allá
del simple beso a un guapetón de infarto. Una tarde mientras pasaba por la terraza de un bar he visto a dos chicos de entre 20 y 25 años que charlaban, uno le decía al otro, es que para casarte debes encontrar a la mujer ideal, no te puedes casar con cualquiera, ese cualquiera lo entendí como que debía ser una persona que complemente su vida, que llene sus objetivos para que el cambio de situación sentimental mereciera la pena. Siempre pensamos cambiar a mejor, nunca a peor.
En los últimos tiempos las mujeres
deseamos a nuestro lado a un hombre sin definir pero que posea esas
cualidades tan personales que nos
propicien una vida en pareja llena de armonía, respeto, reciprocidad,
valoración y mucho más. Pocas veces he
escuchado a nadie decir cómo debe ser su príncipe azul, ese que conquiste el
corazón y transforme sus vidas. Estamos
cambiando y me alegro porque todos en general tenemos el derecho de ser
felices, llorar es algo muy desagradable
y para qué estar en pareja siendo infeliz.
Mi corazón está desocupado
porque no ha llegado a mi vida
esa persona que me haga reír y motive a despertar cada día con una esperanza de
vida y satisfactoria plenitud. En pareja se puede hacer muchas cosas cuando existe la reciprocidad y el objetivo
en común, si cada uno va hacia lado distinto la cosa pinta a problemas y de
problemas ya estamos todos más que saciados. Si el amor no ha tocado a tu puerta no debes empezar las rebajas antes de tiempo, deja que el tiempo se encargue de ponerte delante a esa persona que en tu mente has dibujado tantas veces.
Basta charlar con personas en edad madura que estén solteras por
viudedad, separadas o divorciados, le
preguntas por qué no tiene pareja y la respuesta no se hace esperar, son
personas que huyen del control, de la posesión, de esa asfixia que
generalmente agobia a personas con relación sentimental vivan o no bajo el
mismo techo. Ayer mismo he visto a un
señor que respondía a una pregunta para
la televisión de Galicia sobre el uso del teléfono móvil y respondía “Uso el
teléfono móvil para tener controlada a mi mujer y saber dónde está en cada
momento, y aún así a veces se me escapa” qué tenía este señor una relación
sentimental y las llaves de una
cárcel? Así para qué querré yo tener una
pareja, sinceramente las personas necesitamos el sentimiento, el afecto, la
comprensión, la ternura, alguien que nos pase el brazo por encima del hombro
con gestos de amor, que nos pregunte si estamos bien, o si hemos dormido bien,
alguien que al llegar del trabajo nos pregunte cómo te ha ido el día, y si nos
dan un masaje como recompensa al diario
esfuerzo, tanto mejor.
Antes de consolidar una relación
de pareja es muy importante que ambas partes se hagan esta pregunta, por qué me
voy a comprometer, por necesidad, por amor, si valdrá la pena o si casi mejor
seguir con la libertad como distintivo personal. Sabías que muchos hombres lo hacen para
resolver varios problemas a la vez? Alguien que
cuide de su persona, le cocine,
lave la ropa, le recuerde las fechas y compromisos importante y hasta aguante
sus malos humores cuando fuera de casa las cosas no le han salido bien, pero las mujeres no nos quedamos atrás, hay
mujeres que prefieren ser mantenidas económicamente antes que trabajar fuera de
casa y ganar su propio dinero, lo que le dará mayor libertad y como persona la
hará sentir más útil y capaz de realizar otras tareas.
En sentido general, cada día debe
ser una invitación para repasar nuestras
vidas, hacernos preguntas sobre lo que estamos haciendo y si lo estamos
haciendo bien, si somos valorados y hasta darnos las respuestas a todas esas
preguntas. Alguien puede que no se esté
esforzando nada para mantener esa relación
mientras la otra parte carga con todo el peso, las cosas deben ser a
medias, es esfuerzo y el beneficio debe ser equitativamente repartido, caso
contrario el deterioro puede hacer mella y cargarse la relación más tarde o más
temprano. El factor económico tristemente controla muchas relaciones, la existencia de hijos especialmente menores de edad a veces dificultan que una persona o pareja haga lo que realmente desea para su vida, es un tema complicado que mientras se resuelve me invita a seguir disfrutando de mi libertad y amarme como nunca nadie jamás me amará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario