Autora : Doris Sánchez
En la confianza es que está el
peligro, las experiencias se repiten y vuelta a empezar, no escatimamos en
recursos y esfuerzos cuando ansiamos confiar en alguien y zassss nos dejan con
el trasero en el aire. Nos ofuscamos y
casi se vuelve imprescindible la
presencia de terceras personas que pongan seguridad en nuestros actos y
reacciones cada día, yo soy una de esas que a veces no decido nada hasta contar
con el apoyo de otros, tal vez por comodidad, conveniencia, solidaridad o por
lo que sea. Esa necesidad impulsiva
del ven y empújame!!!
Imaginemos que el mundo se acabe
y quede una sola persona, o dos como mucho, cómo sería el mundo si de golpe nos
vemos solos y con toda la responsabilidad sobre nuestros hombros, niños o
adultos la verdad que sería un fiasco, no tendríamos jefes ni gobernantes,
ni normas reglamentarias que de no
cumplirlas nos meterían en la cárcel o nos deportarían si fuera un
inmigrante. Pesada tarea la de tener
iniciativa, comenzar a actuar con cordura y hasta libertad, tan vez volveríamos
al comienzo del mundo que por cierto alguien me ha contado una historia de que
el mundo no empezó con Adán y Eva (tengo que investigar más para luego
contarlo). Amigo es el ratón del queso y
se lo come pero yo me pregunto si ya lo sabemos ¿por qué le siguen poniendo a su alcance el
trozo de queso? Para que se le caiga la
baba y no resista la tentación!!!
Nuestro día a día se compone de
tentaciones, te tienes que aguantar y
hasta dejar de hacer cosas que te encanta como controlar lo que comes cuando estás a
dieta. Te pasas la vida cogiendo y
dejando, aguantando y tirando para un lado o para el otro, dentro del mundo cuando en realidad más te
apetecería irte para la luna y mirar desde allí todo lo que ocurre en el que
antes fuera tu mundo, todos tenemos objetivos concretos salvo aquellos que van
por la vida a lo que coja mi bola,
necesitamos respuestas, satisfacciones, objetivos, alegrías, placeres
y no siempre estar de frente al espejo
para controlar nuestro envejecimiento, a veces no hay tiempo ni para eso,
tonterías de la vida, cositas que van y vienen, gente distraída que prefiere no leer la prensa para no
preocuparse, mientras otros están agobiados y giran en torno a los pensamientos y preocupaciones.
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