Autora : Doris Sánchez
En un artículo anterior escribí que el dolor te hace más
fuerte, lo dije porque así lo he vivido en primera persona y en cierta forma entiendo que los
tropiezos de la vida nos invitan a caer pero también a levantarnos una y otra vez, pero cuando has caído sin ser causante
de nada más que haber llegado al mundo en la familia menos indicada y en el
momento quizás más inoportuno, te pasas media vida intentando encontrar una
respuesta y casi mejor desistir y buscar una salida por propia cuenta de la mejor forma posible. Esta es una historia desgarradora que se repite en muchas partes del mundo y nadie se entera o casi nadie pero es el día a día de muchos niños que crecen y conservan la vida por casualidad, que nadie se preocupa por ellos y como dicen que Dios protege a los niños porque son ángeles celestiales, he aquí la prueba de que la tierra está llena de ellos.
Buscando algún vídeo para dejar a mis contactos en Facebook me acabo de encontrar con algo que deseo compartir con todos vosotros, con ellos ya lo hice y creo esta noche dormiré con la tranquilidad de saber que los hijos que de mi vientre han vendió al mundo, jamás tendrán que pasar por una infancia tan triste como la que le ha tocado vivir a este chico, abandonado cuando era tan chico y teniendo que vivir en la calle, durmiendo en lugares públicos y sobre todo sin el amor de sus padres y hermanos, la familia es muy importante en la vida de todo ser humano pero su fortaleza le ayudó a pasar de todo y aprender a vivir en solitario para luego alcanzar sus sueños y con toda seguridad la fama, todo es posible en la vida, basta con ser positivo y confiar en uno mismo, como siempre he dicho del valor que nos demos a nosotros mismos permitirá que lo demás venga por añadidura.
Esta es una de las muchas historias que hacen llorar a todos pero tienen un final muy feliz, La Cenicienta perdió una zapatilla y el Príncipe no descansó hasta encontrarla y convertirla en Princesa, todos podemos alcanzar esa felicidad en principio inalcanzable, cuando el viento sople muy fuerte sujétate a ese roble imaginario y déjate valancear con el viento pensando que estuvieras subido en un columpio como solías hacer cuando a penas eras un niño (a) deja volar tu imaginación y sonríe a la vida con optimismo, eso hago cada día y te aseguro que las horas se me pasan volando y siento más ganas de vivir y ser feliz a costa de todos los sacrificios que haga falta porque tengo mis sueños, mis metas, mis islas desiertas por descubrir como para dejar allí incrustar mi nombre con tinta china para que jamás se borre.
Si te piensas que has sido la primera persona que ha llorado te aseguro que otros también yo ya nos hemos adelantado, seca tus lágrimas y si tienes hijos analiza la puntuación que te darías como padre o madre, caso contrario ya tienes una idea de cómo podrás ser el día que lleguen los hijos a tu vida.
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