Autora : Doris Sánchez
Cuando me entra la nostalgia por
esa infancia que hace ya muchos años he abandonado, la busco de cualquier
manera y siempre obtengo excelentes resultados, me cuesta creer que canté una y
mil veces junto a muchos niños familiares o amigos la canción “Arroz con Leche”,
no he olvidado sus letras que en mi país natal se cantaba " Arroz con leche se quiere casar con una viudita de la Capital, que sepa tejer, que sepa bordar, que ponga su aguja en el mismo lugar" pero hoy sí que le he puesto atención a una versión algo variada y en el
silencio de la media noche la escuché una y otra vez acompañada de un tierno y hermoso vídeo infantil
con letras machista y sexista, discriminatoria hacia el papel de la mujer que más que a una compañera la pinta como a una chacha que se presenta a una oferta de trabajo en el que de calificar podría ser contratada
para el servicio doméstico, no como la compañera ideal para el hombre
casarse por otras virtudes más valiosas que la adornan, sin querer o queriendo el machismo estaba y sigue estando metido en muchos hogares en
los que el hombre no hacía labores domésticas porque como decían en mi país
salían mariquitas (con todos mis respetos hacia los homosexuales) suerte que la juventud de ahora es diferente y ambos sexos
ayudan en el hogar y luego cuando viven en pareja contribuyen aún más en igualdad, hacer la compra en el supermercado que antes era exclusivo de la mujer,
llevar y buscar los niños al colegio, al parque, al médico, cocinar, poner
lavadora y lavavajilla, los padres eran
los más propensos a no permitir que su hijo hiciera tareas en casa, me alegra
vivir tiempos diferentes, pena que ya estoy más mayor, de lo que me he perdido.
Por otro lado encuentro una segunda canción infantil que resalta la responsabilidad de la madre gallina, la protección que brinda a sus pollitos, lo amorosa y muchas más virtudes que igual adornan al sexo femenino, a la mujer en especial, como la madre ninguna porque además solo hay una, esta sí que me ha encantado y os la dejo para que igual que yo se den un breve paseo por la que fuera nuestra pasada infancia, creo que ha sido la época más feliz de mi vida y si mal no recuerdo, donde empecé a reír y a partir de ahí no he podido parar ya más, tampoco me apetece, mejor es reír que llorar.
Cuando yo era pequeña (que no hace tantos años) incluso en edad juvenil a los chicos jamás se les ponía el color rosado menos en camisetas o pantalón, ni en zapatillas ni en nada, su color era el azul, nada de florecitas ni lacitos ni pliegues ni cosas raras, los juguetes de los chicos eran muy varoniles, pistolas, escopetas, camiones y que ni se les ocurra tocar una muñeca para nada, alerta roja a la vista!!! Las niñas también tenían ese excesivo control en sus juegos y comportamiento, eso de jugar con los niños nada de nada, estudié en una escuela solo de chicas, aunque muy cerca había otra escuela exclusiva de chicos, tanta distancia cuando la igualdad entre sexos es lo que ha permitido que avancemos en la manera de actuar y pensar, ¿por qué nos hacían temer a la cercanía de los chicos si al paso de los años formalizaríamos nuestras vidas junto a ellos? mi madre seguido verme cerca de chicos que no fueran mis hermanos o primos decía, Doris venga para su casa en seguida !!! te imaginas como nos la teníamos que ingeniar para cruzar unas palabras con el chico que nos hacía tilín?, para enamorarnos la verdad que lo pasábamos bien canutas, es que no me quiero ni acordar, yo era siempre la más despabilada y os aseguro que con todo y eso, las cosas se me ponían bien difíciles con el Sargento de mi madre que no se le escapaba ni una sola ja ja, recordar es vivir!!!
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