Autora : Doris Sánchez
Tenemos a nuestro lado a ese
alguien al que le contamos nuestras cosas, nuestros confidentes que ocupan un
lugar importante en nuestras vidas y que cuando no le tenemos cerca nos damos
cuenta de que sin su compañía estamos más que perdidos, necesitamos ese consejo
o aprobación, esos reproches o esas felicitaciones. No podemos estar sin su compañía y el reclamo
se hace cada día más sólido y nos complementa de alguna manera. Todos hemos tenido a esa persona cuyas palabras
eran a nuestro modo de ver las correctas, gente sabia, inteligente, solidaria y
sobre todo, que sabe escuchar. Acabo de ver un programa en la
Tele que trata de amigos que un día deciden declarar su amor a la otra persona,
se montan unos preparativos, con la mentira de que será una cita con una
tercera persona y se le solicita su colaboración, consejos, recomendaciones
para que todo salga perfecto, tienen que dar ánimos a ese amigo que se la va a
jugar todas, sin imaginarse tan siquiera que sería la persona sorprendida con
una repentina declaración de amor, ¿me aceptará o me rechazará intentar tener
una relación? Unos han aceptado incluso han confesado sentir lo mismo sin atreverse a declarar sus sentimientos ante el temor de no ser correspondidos, otros no han aceptado porque sienten verdadera amistad, no más. Es un gran paso que de ser positivo transformaría la
relación, el puesto de amigo correrá
peligro de desaparecer, para dar paso a la pareja pero, no solemos contar todo a nuestras parejas, la plaza de amigo quedará desierta y ahí sí
que se echará en falta al amigo, quedará ese vacío que a mayores
se duplicaría si el intento de
una relación de amor fracasara por cualquier razón. Te quedarías sin pito y sin flauta como
decimos en dominicana, perderías al amigo y más tarde al amor. Tener una relación con un amigo debe ser bueno, te
conoce bastante, ha intimado en tus asuntos personales porque así lo has
permitido pero deberás entender que a una pareja no le vas a estar dando la
lata todo el tiempo como haces con tus amigos o sea, el amigo pasó a ser pareja, si en los momentos íntimos
de parejas te pones a contarle tus penas, lamentablemente llegará el hastío,
así te lo digo. No hay quien aguante a un quejica tanto
tiempo y sobre todo cuando el tiempo se pudiera estar aprovechando para asuntos
más placenteros, el disfrute en pareja.
Si piensas enamorarte de tu amigo, piensalo muchas veces antes de dar
el paso, incluso luego darlo es muy complicado volver a ser amigos, porque
también te limitará a que tú ex amor, se entere de tus asuntos más íntimos.
No es lo mismo llevarnos bien con un amigo, que mantener una relación de pareja, si en el amigo buscamos el amor, y en el amor buscamos a un amigo, lo tenemos complicado, las parejas no suelen ser muy buenos amigos, y no todos los amigos, aceptarían con agrado convertirse en pareja sin un período previo de adaptación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario