Por Doris Sánchez
Entrevista con Jesús un hombre muy especial con el que me encontré el pasado domingo por las calles del casco antiguo de Santiago de Compostela, mi lugar favorito para pasear. No dudó un solo segundo en concederme una entrevista que aquí publíco como un reconocimiento al trabajo al que se dedica, es una persona que lleva la música en la sangre y en el corazón, se expresa con estas palabras:
En estos momentos
de pesimismo y negatividad que
inunda a la Humanidad, mí humilde contribución es transmitir emociones positivas en mi entorno, un poco de alegría
para intentar limpiar un poco el saturado ambiente en el que vivimos. Hablo con todo el mundo y sonrío a pesar de
que me acribillen a fotos sin mi consentimiento y casi siempre sin echar
monedas en la canasta que coloco delante
mío (que es nuestro medio de sustento), como
si fuera un monumento más de la Ciudad, o como si me pagara el Ayuntamiento para que los
turistas me saquen fotos. Pese a todo les sonrió de corazón, pues como
dijo Gandhi:"sé tú mismo el cambio que quieres ver en el mundo". Hace falta que las personas volvamos a
ser amigos, a ayudarnos recíprocamente,
a respetar el derecho de los demás, porque solo así saldremos de nuestra crisis espiritual y seremos felices.
Es mi último día de trabajo en Santiago, Uf!! muchas
preguntas.... Me encantaría que se
respetaran mis palabras tal cual las diga, pues a veces los periodistas interpretáis
cosas que yo digo de otra manera, o con otro sentido. La gente me llama Chus (de Jesús, que es mi
nombre) los apellidos prefiero no decirlos...Tengo
43 años, Nací en Madrid (vaya sorpresa que me he llevado, pero si sus rasgos son de la India), hijo de una
familia tradicional, y humilde en la que no había excesos materiales pero en aquellos tiempos la gente era más sencilla y solidaria, y era feliz con poco.
Estudié Bellas artes en Madrid, aunque lo abandone el último año, harto de
los "artistas” y la importancia que dan a "sus Obras”, y harto de que
intentaran "domar” mi creatividad, moldeándola a una manera establecida. Por aquel tiempo (año 1992) conocí a la que
es aun mi compañera, y un día que estábamos recién enamorados y llenos de magia,
pero decididos a abandonar le "vida" que se nos obliga a hacer (llena
de compromisos, stress, problemas, pagos, o sea, “la esclavitud en la que vive la mayoría de la
gente que se llama "normal" y
en ese momento decidimos dejarlo todo y marcharnos para la India con una mochila
cargada de ilusiones y ganas de descubrir la esencia espiritual de la Vida,
que en realidad no está en ninguna parte, solo dentro de uno mismo, pero hay
que dar vueltas a veces para llegar a los sitios. Nuestro viaje marcó nuestras vidas, a pesar de que solo duró dos meses, debido al estallido de una pequeña
guerra interna entre hindúes y musulmanes, que cuando suceden (que es a menudo) se empiezan a matar entre ellos y da un poco
de miedo estar en un país en el que no entiendes el idioma, y que han matado presuntamente a cerca de
2,500 personas a 7
kilómetros de donde estas, en esos dos meses
pasamos momentos duros, pues la realidad
en la distancia puede ser dura y verla en directo, con tanta miseria es peor, miseria extrema que no contrastaba con tanta alegría,
la gente arroja flores al lago, para despedir y recibir al Sol, y todo el ambiente se inunda de un olor a incienso y especias, se escucha el el aire el sonido de instrumentos como música de fondo para las oraciones que
hacen todos los días, a pesar de no
tener nada o tener las peores de las
enfermedades que por allí son frecuentes, su sonrisa es el símbolo de la aceptación de los acontecimientos, es una
enorme lección de humildad para ejemplo
de cualquier occidental criado en la abundancia y teniendo a su alcance todo
para cubrir sus necesidades.
El ultimo día de nuestra estancia en ese lugar, con los últimos 50 dólares
que nos quedaban, conseguí sacarle un sitar a un Luthier(persona que se dedica a la fabricación y reparación de todo instrumento musical de cuerdas pulsadas) no era una maravilla,
pero me encantó, no sabía nada sobre ese
instrumento, ni vi a nadie tocarlo
antes, cuando llegamos a la habitación lo
intente tocar como una guitarra haciendo
acordes pero nada que ver con cómo se toca, Bajamos a comer algo, y nos
encontramos con un maestro de sitar, que me había ofrecido enseñarme al verme
me dijo mirándome fijamente a los ojos:"El sitar es la vida” y se
marcho. En aquel momento no entendía su
lección. Para dedicarse a la Música, uno
tiene que entregar su vida a la Música, despojarse del ego, para que te inunde una emoción espiritual, y transmitir esa
intensa emoción al que lo escucha. No he
tenido ningún maestro, mi maestro fue aquel viejo sitar, y unas cuantas cintas
que compré de Ravi Shankar (músico famoso de la India que toca el sitar) entre otros, y escuchando aprendí a afinarlo,
empecé a practicar siguiendo lo que podía
con mucha pasión, voy aprendiendo. Una vez me preguntaron ¿cuanto tiempo tardaste en dominar el sitar? La respuesta a esa pregunta es, que nunca
se domina a la Música, si lo intentas, la Música huirá de ti, más bien hay que dejar que la música te domine a ti; El
músico es solo un intermediario entre la Energía Espiritual de la Música, y el
oyente. Eso es a veces difícil de
entender, pero es lo que da vida a las notas.
Ahora llevo 20 años tocando, aunque
hubo varios años que no toqué porque mi sitar se rompió en un accidente hasta que
un día me puse y lo medio arregle. El
verano pasado estuve tocando en la calle y con mi viejo sitar, compre el sitar eléctrico
que ahora utilizo en la calle, además de otro clásico que solo lo uso para mis grabaciones o
en momentos especiales. Luego aterricé
en Santiago de Compostela donde solicite el permiso de actividades artísticas
en la calle y me lo concedieron (para mi sorpresa) así que sentí que mi sitar tenía
que dejarse escuchar en esta ciudad.
Es un trabajo muy bonito y muy vivo, toco en directo al lado de la gente
que generalmente como haz echo tú se acercan para hablar conmigo, darme la mano, o manifestarme que les ha parecido mi música, algunos muy emocionado (cosa que me reconforta enormemente)
los niños se motivan a bailar, llevo
esta música a gente de muchos sitios del mundo, la que me cuenta sus
inquietudes espirituales, algunas veces
me han dicho que les transmito
mucha paz, ¿hay algo más bonito que
transmitir paz y emociones a través de
la Música, en estos tiempos que corren? es mi pequeña aportación a mis hermanos de
cualquier parte del mundo.
Suelo venir a primeros de mes a Santiago para renovar el permiso y me
quedo unos días para ganar algo de dinero para el sustento familiar. Normalmente vivimos en Asturias desde hace
muchos años, no voy a decir dónde, porque es un lugar sagrado vivimos en la montaña
en la que no llegan coches, ni tenemos más s vecinos que los robles, los
jabalíes y otros amigos del bosque. Tenemos nuestra huerta que nos da de comer
cosas sanas y exquisitas, nuestra luz es una placa solar con una batería de coche,
nuestra agua es de manantial, y nuestra cocina y calefacción es de leña.
Nuestra vida es muy feliz porque necesitamos poco para vivir, la felicidad no
está en si gano mucho o poco dinero con
mi trabajo.
Todas las palabras aquí expresadas son propias de mi entrevistado, salvo algunas correcciones, nunca antes me había sido tan sencillo plasmar la manera de pensar de una persona, su facilidad de expresión me motiva a seguir abordando a gente desconocida que en la calle de una u otra manera, guardan consigo una historia para contar a los demás, me alegra ser espontánea porque mi intuición nunca me falla, aunque sí, porque de solo ver a este señor pensé caramba, desde la India a Galicia y no, es muy español. Ruego por favor que cuando le vean a él u otros artistas callejeros que por favor, dejen unas monedas, son personas con necesidades y tal vez con más precariedad que los demás. Mi gratitud para mi entrevistado, por permitirme vivir esta hermosa experiencia que comparto con mis seguidores, le deseo muchos éxitos y será hasta la próxima.
Chus en 1987
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=M_ZPonbP1cU