Autora : Doris Sánchez
Mi madre solía decir que antes de decidir cualquier cosa importante había que contar hasta diez, me enseñó que ante un gran agobio personal o laboral había que ir a un lugar apartado y a solas respirar profundo varias veces antes de retomar el asunto que causara la alteración. Que no se debía tomar decisiones importantes en caliente, que había que enfriarse para poder pensar con normalidad y que si no lo hacemos, igual nos podríamos arrepentir de acciones cometidas.
Contar hasta diez es muy bueno para todo y lo triste es que mucha gente conoce este mecanismo de defensa pero evitamos usarlo porque queremos algo y tiene que se de inmediato, que no puede esperar. Me ha venido a la mente este tema porque reconozco que me ocurre con frecuencia pero también he de ser sincera y aceptar que igual hago cosas con mucha premura como retengo otras tantas y no les pongo una solución inmediata.
Ser muy ligero es peligroso pero ser persuasivo y condescendiente también, porque dejar todo para luego no es bueno y en casos especiales pagamos recargos por ello, los bancos, hipotecas, tarjetas de créditos, entre otros pagos de importancia. Como quiera es malo y por ello la necesidad de seleccionar prioridades.
Contar hasta diez es una alternativa no una solución, aveces en medio de la desesperación hacemos cosas que luego ni nosotros mismos le encontramos sentido y mucho menos una explicación o respuesta. Las cosas llegan de alguna manera y tomar medias es una buena opción.
Porqué nos enfadamos a veces sin motivos, porqué nos volvemos inaccesibles hasta con nosotros mismos, volubles, agresivos, ofensivos, llegando a veces a atentar contra los demás aún sea en sus derechos ciudadanos. Se nos olvida que a veces hay errores de interpretación que hablando se entiende la gente de forma amable y respetuosa, con un saber estar propio de personas comedidas y conscientes del papel que juegan en la sociedad. No siempre prima nuestro punto de vista, los demás también tienen derecho a que contemos hasta diez antes de dañarles, hay actuaciones irreparables que dañan interior o exteriormente a las personas, hechos que no se olvidan y si contáramos hasta diez la cosa podrían ser bien diferentes.
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