Nunca imaginé que el destino tenía reservado un cambio brusco en mi vida y precisamente en uno de mis mejores momentos cuando con hijos ya adultos y a nivel de estudios universitarios me decidí a estudiar Derecho en horarios especiales porque a la vez trabajaba en Banco Central de la Rep. Dominicana, carrera que al finalizar me hizo pensar en el inmediato ejercicio por ser en Dominicana una de las carreras con mejores ingresos, si eras abogado tenías una mejor vida asegurada.
No pude disfrutar ese manjar porque Dios tenía otro destino para mi vida, me trajo a Galicia donde os aseguro lloré más que lo que veía llover, me tocó llegar en invierno y pasar la navidad lejos de mi entorno familiar más cercano (para los caribeños la navidad es algo muy especial, tiempo de regocijo familiar en el que la gente viaja desde todo el mundo a ese encuentro tan esperado). El hombre propone y Dios dispone, en poco tiempo cumpliré once años en esta tierra que con mucho dolor he aprendido a amar, a entender a su gente y hasta controlar un poco mi incontenible alegría y colorido propio del Caribe, para no parecer que estoy todo el año en fiestas de carnaval.
Cada rincón de Galicia me hace soñar y mientras más alto puedo subir mucho mejor porque desde allí no hago más que agradecer a Dios por todo lo que me ha permitido vivir, lo bueno y lo malo porque de todo se saca una experiencia, las situaciones vividas dejan huella en nuestro caminar, para mí una gran motivación para crecer y determinar lo que quiero hacer con mi vida.
Si he llegado hasta aquí por algo habrá sido, todo tiene una respuesta y si ella no viene a mí, sin ningún problema he ido yo a por ella, porque soy de armas a tomar, una guerrera que mira la vida con optimismo, una vencedora en lugar de ser vencida, porque mi norte y mi horizonte siempre han sido la verdad y la justicia. No hay que tirar la toalla antes de llegar a la playa y cuando lo hacemos es porque vamos a tendernos sobre ella para disfrutar un día maravilloso de sol y calor, no antes.
Gracias Galicia por lo que me has dado que nunca será menos que lo poco que he podido hacer por ti, pero te juro lo hago de corazón porque así lo siento. tu gente y entorno tanto en las ciudades como en las Aldeas, sus hermosas vistas, la gente que con amor me ha acogido y hasta se ha atrevido a confiar en mí aún sin conocerme de nada, tan solo guiados por la intuición.
No ha habido ningún problema en que yo hiciera la ruta contraria a la que un día hiciera Cristóbal Colón el descubridor de América, yo he venido desde América a descubrir Galicia, (él lo hizo por barco y yo por avión) y os aseguro que me ha encantado, que no me arrepiento de haber vivido esta experiencia porque ha sido fascinante y si tuviera que repetir, lo haría una y mil veces más porque me ha servido de mucho, ha definido mi vida y mis objetivos.
Estoy en Galicia por amor, porque en su conjunto me ha sabido conquistar, en silencio o con pocas palabras o tal vez con un profundo aroma de sus chorizos, caldo gallego con lacón, grelos, mariscos, pescados, tortilla de patata, huevos de casa y esos vinos añejados e inmejorables. Qué dónde se come mejor en España? ¡¡En Galicia!!! Porque Galicia e Calidade!!!
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