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domingo, 11 de septiembre de 2011

Diez años de la tragedia




Autora  : Doris Sánchez



Lo recuerdo como si huviese sucedido  ahora mismo y  han pasado diez años,  fue un 11 de septiembre del año 2001 cuando  un día  normal se transformó en muerte y  destrucción.   Estaba  yo sentada en mi escritorio en la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores  en la Capital Dominicana, donde trabajaba cuando mis compañeras  Ana, Claudia y Dámaris vinieron hacia mi con cara de tristezas  y  lagrimas en sus ojos y me preguntaron ¿ sabes lo que ha ocurrido?? no sabía a qué se referían.  Nuestra jefa estaba de vacaciones o fuera del edificio gubernamental,   por lo que llegué a  pensar  que tenía que ver con ella.   Pregunté a mis compañeras porqué estaban llorando y me comentaron que  había pasado  una gran tragedia en  los Estados Unidos, pusimos la radio y nos pudimos enterar  con más detalles de lo sucedido. 


Dos atentados casi simultáneos que dieron la vuelta al mundo minutos más tarde ante la repulsa  de mandatarios y ciudadanos impotentes ante lo que  tenían delante de sus ojos o en las pantallas de la televisión o la radio.   Iban dando datos sobre las víctimas, personas atrapadas, desaparecidos y ocupantes de los istintos vielos, algunos de ellos con familiares ya esperándoles en distintos aeropuertos. Nadie se podía creer unos hechos semejantes, pero estaban ahí  y no era película de ficción, era una muy cruda realidad.





Fueron una serie de atentados terroristas mediante el secuestro de aviones comerciales con todos sus pasajeros y tripulación a bordo que serían impactados contra varios objetivos en  los Estados Unidos. Causaron  la muerte de 2,963 personas, más de 6,000 heridos, 24 desaparecidos, resultando muertos los 19 terroristas.


Los vuelos 11 de American Airlines, 175 de United Airlines, fueron los primeros secuestrados por los terroristas de Al Qaeda y estrellados contra las dos torres de World Trade Center, el primero contra la torre norte y en pocos segundos de diferencia estrellaron el segundo avión contra la torre sur provocando el derrumbe de ambas torres dos horas más tarde. El tercer avión secuestrado fue el vuelo 77 de Américan Airline que fue impactado contra una de las fachadas del Pentágono en Virginia. El cuarto avión secuestrado era el vuelo 93 de United Airlines, que no alcanzó ningún objetivo tras el enfrentamiento entre pasajeros y los terroristas que hizo que se estrellara en campo abierto cerca de Shanksville, en Pensilvania.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas calificó a este atentado como
" horrendos ataques terroristas".


Un día como hoy hará 10 años el mundo se detuvo para llorar y censurar los hechos, familias destrozadas, indignación y repatriación de cadáveres hacia diversos puntos del mundo para que sus familiares puedan dar cristiana sepultura, una pena inmensa logró sensibilizar corazones y hacer una piña en repulsa de unos sucesos tan lamentables.


Rindo un sentido homenaje a los familiares de los fallecidos, comprendo la profundidad del dolor que hoy rasga sus entrañas y convierte sus caras en tristeza indefinida, me uno al dolor de mucha gente repartida por todo el mundo en especial con los familiares de los 24 desparecidos que no han podido darles una cristiana sepultura.   Por todos los que en este aniversario  dejan flores y besan esas fotos queridas de los que ya no podrán regresar a sus hogares, de los que hará 10 años salieron de casa igual sin despedirse por las prisas para  poder llegar  puntual a sus puestos de trabajo, por los que tenían planes que ya jamás podrán realizar, por esos niños que nunca conocieron a sus padres, por  los que  en sueños besan a sus madres les llaman sin ser escuchados.   Por esos hermanos, hijos,  novios  o esposos, por los compañeros de trabajo, por los que esta desgracia ha unido,  por la vida y por el respeto que ella merece.


 Porque gracias a Dios no perdí a ningún ser querido pero también tengo mucha rabia en mi corazón porque gente que no debía partir se ha ido sin poder despedirse ni  dar un último beso, tampoco dejar una nota de amor, no pudieron decir nada tampoco realizar sus proyectos de vida.  Porque tengo un corazón solidario que se muda en la piel de los que sufren, de los más desprotegidos y porque lo que ha pasado a vosotros igual me pudo haber pasado a mi o a los mios y de solo pensarlo siento mucha tristeza.  Que Dios sane sus heridas y les permita vivir de nuevo con alegría y sobre todo esperanzas  porque algún día tendremos  un mundo mejor.

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