Autora : Doris Sánchez
Salgo en coche por las calles de la ciudad con una agenda repleta, los lugares uno distante de otros y la falta de tiempo obra en mi contra. Para agilizar entro a una plaza de garaje en la cual su primera planta casi siempre está llena, alcanzo a ver uno libre y cuando intento aparcar no puedo porque casualmente un chico muy joven acaba de aparcar quedando sus ruedas sobre pasando la línea blanca que divide uno de otro. Más que enfadada apagué mi coche en medio del pasillo y le recriminé con toda autoridad no se si de madre, de abogada, de cabrada o de qué.
El chico muy respetuoso me dijo señora no se enfade voy a aparcar mejor y caminaba de nuevo hacia el coche mientras su compañero más joven aún decía entre dientes pero le alcancé a escuchar "mujeres, cosas de mujeres" casi lo muerdo pero preferí callar y esperar a poder aparcar.
Cuando ambos se habían marchado y mientras encendía de nuevo mi coche para aparcarlo miré por el espejo retrovisor y mi sorpresa fue aún mayor, ahí detrás mío había más de un coche detenido, y pude ver a una sonriente señora que ante mis gestos de disculpas con mi mano izquierda me dijo, no pasa nada, si es que estoy aquí disfrutando de tu espontaneidad, tienes razón eso no se hace, ambas aparcamos y salimos andando del garaje y le dije, me alegra que me pasen estas cosas porque si no pasara nada no tendría sobre qué escribir en mi blog y esto ya es un artículo que con toda seguridad escribiré tan pronto pueda y esta tarde lo he cumplido, olvidé pedirle su nombre pero acerté a darle una tarjeta de presentación mía, ojalá me llame.
Cuando regresé al garaje estuve mirando a ver si les veía para invitarles a un café, se lo tenían bien merecido pero ya habían marchado y de repente me asaltó la duda y si me rayaron el coche o vaciaron un neumático??? pero no pasó nada, revisé y todo estaba igual.
Cuando cogemos un ticket de aparcamiento no solemos coger dos porque suponemos que con uno es suficiente pero alguien se fija si ha aparcado correctamente, creo que no, la gente a veces es consciente de que su forma de aparcar está impidiendo a otro coche hacer uso del mismo derecho que todos tenemos más si estamos pagando.
Es muy habitual ver coches mal aparcados en todas partes ya no me refiero a los de plazas de garajes de pago, me refiero a las calles de la ciudad, autopistas, autovías, a todos los lugares donde las normas están escritas y muy claras, porqué pensamos únicamente en nosotros, es egoísmo y falta de civismo y hasta de consideración hacia los demás. Y mejor que no hable de los que aparcan con tanto descaro en plazas especiales para personas con dependencias físicas, lugares bien señalizados que a muchos no les imporata y usan en todos los lugares y a todas las horas del día, lo hacen porque no han vivido la experiencia de que nadie les invada un espacio reservado para una minoría que ya está más que cansada de denunciar en reclamo al respeto a sus derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario