Una noche más

Autora  :  Doris Sánchez

No enciendas las luces por favor, déjame estar un rato más en la penumbra con tan solo el reflejo de las luces  los postes del tendido eléctrico exterior y  el  reflejo de los  faroles de los pocos coches que apresuradamente circulan  alrededor de la rotonda  más cercana a mi casa.  Dame un momento de silencio para así poder revisar la despensa vacía que hay en mi mente y que por falta de tiempo o voluntad no he podido llenar.

Quiero hurgar dentro de mi corazón para entender porqué pasan tantas cosas en el mundo, tanto gente muriendo de hambre, sed y frío  faltos de un techo para guarecerse de las inclemencias del tiempo, no entiendo nada y lo peor de todo es que no aparece nadie con una respuesta  lógica.

La vida tiene sentido y todos tenemos al menos limitados propósitos pero qué hacer cuando las cosas no salen como esperábamos, cómo debemos reaccionar para intentar retomar el rumbo abandonando el camino equivocado antes iniciado,   a veces siento tanto dolor en mi corazón cuando me entero de hechos  lamentables en todo el mundo pero ahora me preocupa una cosa, porqué dicen que el corazón no duele??? Y de ser cierto qué es entonces lo que nos oprime justo en el lado del corazón, eso tan molesto que pincha y hasta nos corta el aliento  impidiendo la libre respiración hasta dejarnos extenuados o inconscientes.

Merecemos algo más que una simple rutina, algo que ponga alegría en nuestras vidas y hogares, una relación laboral, amistosa y familiar sin miramientos ni intereses marcados en los que casi siempre el más sabio se lleva la mejor parte.  Salir a la calle a disfrutar  buen tiempo que aún nos queda y regresar a casa agradecidos de la vida que disfrutamos.

Déjame por favor cerrar los ojos en la penumbra de la noche cuando ya los habitantes de los edificios cercanos  al mío han apagado sus luces, miro a todos lados y lo único que escucho es el sonido del camión de la basura que como cada noche hace la misma ruta para que todos podamos recibir un nuevo día  con la higiene que merecemos luego de  haber pagado nuestros impuestos como todo buen ciudadano.

Quiero escuchar desde el sofá en que me encuentro sentada el sonido del reloj que tengo colocado en algún lugar de la casa,  con su sonido peculiar que de tanta costumbre a veces pasa desapercibido para mí. Quiero meditar, analizar mis cuentas personales con el hombre y con Dios, anhelos y sueños, mis ganas de amar y de poder vivir una etapa nueva de placer infinito y satisfacción sin medidas.  Pensamientos que me agotan físicamente pero que son tan necesarios para encontrar la verdad  que tanto llevo buscando.

Deja que amanezca no pasa nada, una hora más y una menos no cambiará el rumbo de las cosas, el mundo seguirá girando y tendremos más de lo mismo, más ricos, más pobres, más poderosos, más indefensos, una justicia  que para nada es justa,  el mundo está cambiando y no me refiero al cambio climático que ya de por sí es muy lamentable, me refiero a que estamos perdiendo muchos valores que antes eran esenciales para la vida humana,  estamos retrocediendo en el tiempo en lugar de avanzando, lo que para muchos es el modernismo deseado no es más que el desbarajuste que llevará al mundo a la desaparición.

Recuerdo mi infancia y era todo tan diferente, los años han pasado y ya todo no es igual ni parecido, recuerdo las clases de historia, el inicio del mundo las familias nómadas y sedentarias, el trueque, los primeros intercambios comerciales en el mundo, el valor de la palabra dada que se cumplía correctamente porque la dignidad del hombre estaba en ella.  No había juzgados, ni  partidos políticos,  la gente no tenía tanta ambición, lo importante era tener una convivencia y una forma de vida correcta  sin ir en detrimento de nadie y por lo que veo eran felices.   ahora qué nos está pasando porque casualmente el mundo en que vivimos   está gustando a muy pocas personas, a penas lo entiendo y mucho menos lo que pasa por la mente de la juventud, la sociedad se corrompe y la gente está al borde de la desesperación,  intento dar ánimos a los demás pero mis fuerzas también están agotadas y no es por falta de carburantes.

Algo detiene nuestro andar,  hemos perdido la confianza en quienes gobiernan nuestros países, las injusticias están  al doblar la próxima esquina, el abuso de poder, guerras, indefensión, fenómenos naturales, países en quiebra, todo el mundo usurpa funciones de todo el mundo y sobrevive el más listo o el que ha tenido un golpe de suerte, ya sea porque se ganó la lotería, porque ganó un concurso de la tele o porque encontró a un rico en su camino o alguien le ayudó a llegar hasta un programa del corazón en los que no dejan títere con cabeza pero sí que dejan mucha pasta y por la plata baila el mono.

En sentido general creo que la gente busca la paz, amor y una convivencia  armoniosa con el entorno  en todas sus vertientes.  Poder acostarse y despertar con seguridad de que todo está bien y que las cosas irán a mejor. 

Voy a la cama  sin sueño, intento que la lectura despeje mi mente  y que poco a poco mis  párpados se cierren  propiciando el sueño profundo, otra noche más y una menos de los días que tenga de vida,  el pitido del periquito Blue me hace mirar el reloj y descubro que muy pronto amanecerá.