Autora : Doris Sánchez
Una mañana pronosticada por el informe del tiempo en todos los medios noticiosos, a tomar el paraguas y a usar la ropa de invierno porque el chaparrón no era para menos. Había tenido que ir al médico como antes he dicho pues luego de las bromas con mi espectacular caída de mis propios pies y con zapatos planos, no me quedó más que ir al médico porque mi cuerpo parecía haber sido víctima de una aplanadora, dolor por todos lados pero la noticia ha sido muy buena, no tengo nada más que contusiones internas y eso había que celebrarlo.
La lluvia iba en aumento pero una fuerza interior me dijo, ahora te mereces un largo paseo por el lugar que más te gusta de la ciudad, El casco antiguo y así lo hice, mi pelo bien peinado en pocos minutos estaba revuelto y jugaba con mi cara y el cuello del abrigo, el paraguas graciosamente parecía escapar de mis manos de un lado para el otro, mientras mi cuerpo se ladeaba cual si estuviese bailando una lambada o algo parecido.
Jene Kelly, en Cantando bajo la lluvia
A mi lado pasado mucha gente sola o en compañía de más personas y escuchaba sus palabras, mientras unos decían por fin ha llegado la lluvia, ya estaba bueno de tanto calor, me hizo mucha gracia una chica que detrás mío le decía a su acompañante, odio la lluvia porque me pone de muy mal humor. No era mi intención pero al ver que me miraban entendí que habían escuchado mi risa incontrolable, porque cuando llegué a Galicia y mucho tiempo después me ocurría lo mismo, parecían dos estudiantes universitarias venidas de otro país o ciudad española.
Mi lindo paseo más que disfrute me ha permitido ver lo bien aprendido que tienen los gallegos caminar con paraguas sin apenas chocar con el de otras personas, es hermoso verte formando parte de un conjunto en el que como si fuera un gran musical todos se alzan hacia lo más alto en procura de no permitir que el viento te deje sin el paraguas. Las personas se miran y hasta ríen al comprobar que otros están pasando la misma situación. He chocado de frente con alguna persona y no ha pasado nada, ante el afán de que el paraguas no salga volando, muchos los inclinan hacia adelante y quedan sin visibilidad, perdón es la palabra más escuchada en el día de hoy.
Por fin ha llegado el otoño un poco tarde pero seguro, hacía falta el agua que ya en algunas comunidades españolas estaba empezando a ser escasa. He caminado bajo la lluvia y lo he pasado genial y como en tiempos de lluvia he comido cayos que me enviara mi consuegra. Si alguien aún después de lo dicho tiene dudas de si soy gallega o aún me falta pues la verdad respondo con toda seguridad que ¡¡¡ Eu xa son galega !!!
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