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martes, 11 de octubre de 2011

La publicidad nos bombardea




Autora : Doris Sánchez





En el día de hoy se ha roto mi ritmo diario que incluye temprano en la mañana revisar los periódicos digitales que nos presentan las noticias de primera mano y sin salir de casa. Estoy notando un crecimiento abrumador y progresivo de publicidad que nos bloquean ir directamente a las noticias, haciéndonos perder el tiempo y hoy ha sido lo peor. No he podido entrar a El Correo Gallego porque un anuncio del nuevo modelo de una reconocida marca de coches (a la que no voy a dar publicidad) no me deja ir al contenido por más que pincho y pincho. Se ha quedado ahí muy firme mientras me enciende una luz roja con la inscripción Pruébalo, o sea que lo hago o no veo la prensa.  Beneficiará esto a los periódicos, pues considero que no, la opción ir a las noticias al parecer habrá dejado de existir.


A cuántas personas les habrá pasado lo mismo que a mí en la mañana de hoy??? me imagino que a muchas y la verdad considero que esto afecta nuestros propósitos más no así el de los beneficiarios de la publicidad.







Si no me interesa el producto debo sentirme obligada a ver una publicidad que encima me hace perder mi precioso tiempo??? pues considero que no. La publicidad cada día se vuelve más agresiva por todas las vías posibles, suena el telefonillo y abres a alguien que se anuncia como el cartero, le abres y más tarde te enfrentas a unos buzones hasta el tope de publicidad, al parecer todo está permitido y no te escapas por más que lo intentes. Nos llega dentro de las revistas, periódicos de papel, por la vía telefónica ni te cuento, dices que no te interesa y siguen dando su discurso interminable y haciendo preguntas personales, te vuelves indecente y dices perdone, tengo que colgar.



Aparcas el coche en algún lado y al regresar o limpias todo lo que te han dejado o vas por ahí dando túmbulos a ciegas o moviendo el parabrisas a ver si la liberas y sale volando,  con el riesgo de que pueda quitar la visibilidad a otro conductor y provocar un accidente del que no has sido más que una víctima.



Habrá límites entre publicidad y acoso, limitación de los derechos de una persona, hastío y hasta agotamiento por lo repetitivo que se intenta convertir en algo habitual. Ciertamente esta es una publicidad que permite a muchas personas salir del paro pero, presionan las empresas a sus empleados incitándoles a ser agresivos, porque no olvidemos que el marketing exige tanta confianza en sí mismo que transmitirla a posibles clientes igual se les escapa de las manos.



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