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miércoles, 19 de octubre de 2011

Un día muy especial





Autora   :   Doris Sánchez





Despierto temprano y salgo a la calle intentando completar mi agenda del día que por cierto es muy extensa.   Todos intentan llegar al lugar de destino, padres que llevan a los niños al colegio para luego ir a trabajar, las tiendas abren sus puertas con la misma rutina de todos los días, coger turno en las oficinas públicas, una bendición porque no tienes que discutir con nadie y la gente respeta los turnos.



En los grandes almacenes me encuentro en la cola para pagar y justo detrás mío escucho la voz de una señora que reprocha a su hija una niña de apenas 8 años, no debería comprarte ese juego de más de cuarenta euros con lo mal que te portas, me dices que me odias......... pero sigue ahí a la cola y con el vídeo juego en la mano para pagar, soy yo la tendría de castigo en su cuarto por muchos días, de premios nada. La pilla la Súper Nani y la pone derechita.




Más tarde entro al supermercado y en lo que busco en la estantería veo a una pareja joven, el señor le dice qué te parece si llevamos esto, mientras levantaba con su mano una caja, ella le dice muy enfadada y con una mirada fulminante, coge lo que quieras, para qué me preguntas!!! se veía tan enfadada que su mirada más que de reproche me pareció casi agresiva. Casualmente nos volvimos a ver puesto que me tocó hacer cola detrás de ambos para pagar.


Regreso al coche y me encuentro con  anuncios publicitarios  colocados debajo del limpia cristales, tengo que retirarlos porque igual me quitan visibilidad.

Una mañana nublada y algo lluviosa que gracias a Dios antes de llegar a mi casa empezó a salir el sol, me detengo en otro comercio y ya más calmada charlo animadamente con su propietaria que más que mi vecina casi es mi amiga.



Pasada por el banco a revisar que todo está bien porque soy una enferma, si antes dije que odio la tinta roja, mucho más odio los números rojos en las  cuentas bancarias. Mientras quede vida habrá dignidad!!!


Llego a mi casa en la que impera silencio y paz, me siento tan a gusto en la República independiente de mi casa como diría IKEA, porque después de tanto agobio la verdad que sienta bien relajarse y nada mejor que una comida calentita y de fondo musical el pio pio del periquito Blue que al parecer se ha creído que es un pollito y no hay manera de hacerle entender que no lo es.



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